Quedan poco más de dos meses para que se produzca la tormenta perfecta: el cierre de la conexión ferroviaria entre Tarragona y Barcelona por las vías de la costa, es decir por la que dan servicio la Media Distancia y los Regionales, es decir, los trenes que utilizamos la inemsa mayoría de los usuarios. La fecha del cierre para poder realizar las obras en el túnel de Roda se acerca y las adminitraciones que deberían estar negociando una solución, o una serie de soluciones, parecen estar poco por la labor. En la reunión de la semana pasada entre la Generalitat de Catalunya, Renfe y los usuarios, una ausencia era más que relevante: Adif.
Así es imposible que los miles de tarraconenses que necesitan de este servicio público para ir a trabajar a la capital condal, o por cualquier otro motivo (no tenemos porqué justificar por qué vamos a Barcelona y por qué lo queremos hacer en transporte público) tengan la certeza absoluta que su derecho va a ser respetado. Hoy informamos de la problemática concreta con los trenes Avant que se ven desbordados por la demanda de billetes para los convoies de primera hora de la mañana. Son los más necesarios ya que son los que permiten llegar a Barcelona en un horario laboral comprensible. Y son los más utilizados por los usuarios del Baix y Alt Camp. Esta dificultad se añade a las que ya hemos ido desgranando estas últimas semanas. Lo que sorprende es el silencio de quién debería estar ya proponiendo soluciones. ¿Qué soluciones? Se nos ocurre multiplicar los autobuses directos entre las poblaciones de Tarragona y Barcelona. Se nos ocurre aumentar el número de vagones de los trenes de alta velocidad, se nos ocurre aumentar su frecuencia, se nos ocurre informar más y mejor, se nos ocurre escuchar más y mejor. Y por encima de todo se nos ocurre que respeten a las personas. Para empezar, ADIF, que esté presente en las reuniones. Pero no somos nostros los que tenemos que pensar en cómo solucionar esta tormenta perfecta.