El Nàstic decide creer (5-1)

El conjunto de Dani Vidal se coloca segundo en la tabla tras una victoria de prestigio en un partido en el equipo recuperó su mejor versión

30 marzo 2025 02:24 | Actualizado a 30 marzo 2025 02:24
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El escenario sobre el verde del Nou Estadi Costa Daurada se antojaba ideal. Rival directo por la segunda plaza, posibilidad de recortar distancia al líder y todo aderezado con un estadio vestido con sus mejores galas. Era la hora. Así rezaba en el tifo que decoró el gol norte en la salida de los jugadores y así se lo reclamaba la afición a su equipo. Pero el partido arrancó con susto. En la primera acción dentro del área del Nàstic. Se internó el exgrana Álvaro Bustos por banda derecha, se marchó de dos rivales hasta que salió Antonio Leal a su paso. El central fue a buscar el balón pero se encontró la bota del extremo de la Ponferradina. El pisotón parecía claro pero no lo fue tanto para el árbitro que decidió no decretar la pena máxima. Respondieron los de Dani Vidal con un flojo disparo de Roberto Torres que no encontró portería.

El técnico grana apostó por una línea de tres por delante del centro del campo asumiendo que el equipo debía ser protagonista con balón, pero nada más lejos de la realidad. El Nàstic volvió a adoptar esa versión de imprecisiones continuas que permitían transitar en ataque al conjunto leonés acechando el área tarraconense aunque sin transformarlo en ocasiones de gol. Reclamó penalti el equipo grana por un empujón sobre Roberto Torres en una jugada en la que el atacante no creyó en el balón filtrado por Concha. La acción espoleó a la afición y el equipo se activó. También lo hizo David Concha que era el que parecía tener más claro el camino hacia el gol. Un disparo del extremo cántabro que bloqueó la defensa metió el miedo en el cuerpo a la Ponferradina. El Nàstic parecía haber encontrado el sendero hasta que volvieron a aparecer los errores en defensa. Primero fue Migue Leal que se resbalaba dentro del área y dejaba el esférico en bandeja a Álvaro Bustos para que se plantase solo delante Dani Rebollo. El extremo remató con pierna zurda pero su disparo se encontró con una manopla salvadora del guardameta. Nada pudo hacer en el segundo error defensivo tarraconense. Esta vez fue en salida de balón y lo cometió Gorka Pérez. La Ponfe lo aprovechó. Contrataque perfectamente orquestado que dejó solo a Mula delante de Rebollo para que otro exgrana no perdonase. El barcelonés, con un potente disparo, batió al portero andaluz para poner el 0-1 cuando mejor estaba el Nàstic.

Se le complicaba el duelo a los grana pero había mucho tiempo por delante. A fogonazos intentó buscar el empate el Nàstic. A punto estuvo de conseguirlo a la media hora de partido. Tras un balón suelto dentro del área que se encontró David Concha, lo remató de cabeza y cuando parecía que la pelota se colaba apareció la mano salvadora de Prieto para evitar el tanto de la igualada. La tuvo también Víctor Narro tras un fallo en el despeje de la defensa de la Ponfe, pero la definición del balear cuando se plantó solo delante del portero visitante se marchó alta. Parecía que Dani Vidal iba a tener trabajo al descanso para levantar a los suyos pero apareció el capitán para inventarse una acción de jugador experimentado. Error garrafal de la defensa de la Ponferradina, Carrique se resbaló dentro del área, el lateral cambrilense que andaba por allí en una tímida presión se hizo con el balón y aprovechó que el rival estaba en el suelo para irse contra él y buscar el derribo claro. El árbitro no lo dudó y señaló el punto de penalti. Tampoco lo dudó Joan Oriol que, curtido en mil batallas, aguantó hasta el final, vio como Prieto se lanzaba a su izquierda, giró el tobillo y definió a la derecha del guardameta para empatar el partido justo antes del descanso.

El Nàstic, un rodillo

Arrancó la segunda parte con la Ponferradina queriendo ser protagonista con balón. Avisó con dos llegadas peligrosas pero el Nàstic asestó el primer golpe en su primera acción ofensiva. Pase largo y medido de Antonio Leal para el desmarque de Narro, control exquisito del balear y definición de maestro ante la salida de Prieto. Una vaselina que dibujó una curva perfecta imposible para la defensa visitante. El gol le hizo daño a la Ponferradina y el Nàstic no dudó en seguir con el plan. Y surtió efecto. Se juntaron los cuarto de arriba en banda izquierda y la magia apareció. Tras una jugada de pases infinitos le cayó la pelota a Marc Montalvo. El de Riudoms paró el tiempo con un pase por encima de la defensa para David Concha. Y el cántabro frotó la lámpara. Control orientado de otro planeta para zafarse de su marca y plantarse solo ante Prieto. Y ahí volver a inventar. En una definición por debajo de las piernas del guardameta que provocó el delirio de la grada ante dicha obra de arte.

La confianza aumentó y el Nàstic se puso el mono de trabajo. Así lo indicó Dani Vidal con sus cambios consciente de que era el momento de guardar la ventaja que tanto había costado conseguir. La Ponferradina se adueñó de la pelota pero el Nàstic hacía daño a la contra. Con un incansable Antoñín que no paró de descargar balones a punto estuvo de sorprender Jaume Jardí. Con un disparo desde el centro del campo que se encontró con el larguero. La tuvo también el equipo leonés en un cabezazo de Álex Costa que se encontró con un paradón de Dani Rebollo que sacó el remate a bocajarro con una mano descomunal.

Se volcaron los visitantes y el Nàstic sentenció. En un contrataque liderado por Antoñín. El malagueño le sirvió en bandeja el esférico a Jaume Jardí para recortar a un defensa y batir a Prieto con una calma pasmosa. Con la Ponferradina entregada llegó la guinda. La puso Antoñín. Merecida, muy merecida. Esta vez se intercambiaron los papeles. Saque de esquina botado por Jardí y en el segundo palo apareció el malagueño para rematar de cabeza y regalar un resultado de ensueño. Los grana tuvieron tiempo para que incluso Pablo Fernández forzase la quinta amarilla desde el banquillo. La afición disfrutó de una victoria convincente de un Nàstic que decide creer.

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