«El año que viene no entrenaré al primer equipo CBT». Directo al grano. Con el discurso bien aprendido, para evitar unas lágrimas, a todas luces inevitables. Seguramente, uno de los pocos objetivos que Berni Álvarez no ha podido cumplir en el Serrallo. Aguantar el llanto el día que tras 13 temporadas dirigiendo al primer equipo del CB Tarragona, decía adiós al cargo era un reto demasiado exigente, incluso para el técnico de los milagros.
Emocionado pero feliz. Inmensamente feliz. «Me voy muy contento», decía. Ya no porque tenía claro que «era el momento de cerrar este ciclo», sino por el final. De guión de película. Si alguien merecía irse a lo grande, con todo un ascenso a LEB Plata «de regalo» era Berni Álvarez. Por eso, el técnico quiso nombrar uno por uno a todos los componentes de la plantilla y cuerpo técnico -presentes en el acto- de esta temporada porque «me han permitido acabar de una manera muy especial», aseguró entre sollozos, recordando un año en el que «hemos sufrido mucho, en el día a día, con lesiones graves y acabar con la lucha en las prórrogas, con el carácter que habéis tenido, me habéis hecho sentir muy orgulloso».
Para Berni Álvarez su mujer, Judit, y sus hijas, Martina y Carla, han sido pilares que le han sostenido a lo largo de todos estos años y que le han ayudado a relativizar las dulces victorias y las amargas derrotas. Porque trece años dan para mucho. Para momentos duros como la renuncia a seguir en LEB Oro, la fase de ascenso fallida en Algeciras o el descenso a EBA de hace unas temporadas. Pero sobre todo, para alegrías como la permanencia en LEB Oro en su primera temporada en el banquillo, los play-off de ascenso ante Lucentum con el pabellón del Serrallo lleno, las Lligas Catalanas LEB y, por supuesto, el ascenso en Llucmajor. «Nadie de los que estuvimos allí podremos olvidar esos días», aseguraba. Iban «tranquilos». Berni Álvarez, la plantilla y la directiva azulada sabían que eran los últimos partidos del técnico en el banquillo cebetista. Lo había comunicado al final de la liga regular, cuando no sabían que tendrían el premio de la fase de ascenso. En Baleares durmió poco, pero el último día, la noche previa al choque ante el Logroño y después de repasar el plan de partido lo tuvo claro. «Pensé ‘está ganado, es imposible que perdamos’». Una confianza que se trasladó al equipo. Anotaron 13 triples en el duelo final.
«Lo mejor de todos estos momentos es que los visualizo y veo mucha gente de casa», decía Berni. La apuesta por los jugadores de la base ha sido sin duda la bandera del proyecto del técnico en todos estos años. «Mi primera decisión como entrenador del CBT fue subir a David Fernández a LEB Oro», recordaba mientras el base de la Selva del Camp asentía orgulloso.
Y ese es el gran legado que deja Berni Álvarez en el CBT. «El club seguirá, porque está por encima de cualquier persona», dijo, pero Berni no solo ha implantado un modelo basado en la cantera, sino que ha demostrado por activa y por pasiva que funciona para lograr cualquier éxito que se plantee.
Sin querer aconsejar a su sustituto, el técnico tarraconense se mostró confiado en que «la filosofía se mantendrá y que la apuesta del próximo entrenador será mantener a seis o siete jugadores de la actual plantilla en LEB Plata».
Berni Álvarez también quiso acordarse de Xavi Mas, «que me metió en la cabeza que podía ser entrenador», así como Sergi Bru, que fue quién se lo ofreció finalmente. También al resto de presidentes que han pasado por el club en esta larga etapa (tercera en el club tras dos previas como jugador). La última, Nuria Grados. La actual dirigente azulada agradeció «la huella imborrable que dejas en el club» y «por hacer grande al CBT».
Berni Álvarez da un paso al lado, para dedicarse a la política (acude a las elecciones municipales de este domingo como número tres del PSC en Tarragona), motivo por el que ha querido anunciar antes de la jornada electoral su decisión y «evitar especulaciones». Tampoco es un adiós al baloncesto: «Tengo retos, comenzando por el Europeo U20 con la selección española de este verano». Ni siquiera, probablemente, es un adiós al CBT. «Siempre apoyaré al club como socio que soy», dijo. Pero Berni Álvarez es más que un socio. Es una leyenda que se marcha dejando el pabellón en todo lo alto.
