Tarragona, a la cabeza en alergias primaverales al polen de ciprés y parietaria

Rinitis, ojos llorosos, fatiga y cansancio son los principales síntomas, que se ven agravados por el cambio climático y la contaminación

08 mayo 2024 10:04 | Actualizado a 08 mayo 2024 13:10
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Según datos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) se prevé que más de un tercio de la población mundial pueda presentar alergia respiratoria en unas décadas, constituyendo los pólenes una de las sensibilizaciones más relevantes. En este contexto, desde marzo hasta las puertas del verano, muchas personas sufren los molestos síntomas de la alergia primaveral como consecuencia de una elevada concentración de polen en el aire.

Técnicamente, según palabras del Dr. Rafael Llátser Oliva, jefe de la Unidad de Alergia de la Xarxa Sanitària i Social de Santa Tecla, «la alergia primaveral sucede cuando una persona alérgica inhala el polen y cuyo sistema inmune percibe como una amenaza; entonces, se desarrolla una respuesta de autodefensa equivocada».

En la práctica, la respuesta inmunológica del organismo produce «la inflamación de las fosas nasales, acompañada de irritación de ojos; e incluso, puede afectar a las vías respiratorias bajas y los pulmones», detalla el especialista.

Al margen de los ácaros y hongos que son de interior y no son específicos de la época primaveral, en el caso de Tarragona el Dr. Llátser indica que «la provincia es muy rica en pólenes alérgenos, principalmente ciprés -la sabina autóctona especialmente potente- y parietaria. Aunque esta última no es el más frecuente en cantidad, sí que provoca una alergia más potente y agresiva». Asimismo, «en los núcleos urbanos también abundan las concentraciones de polen procedentes de plataneros ya en el primer trimestre, y antes de la llegada del verano, como en el resto de la península, se disparan las gramíneas y el polen de olivo», añade el alergólogo.

Sintomatología

Rinitis y congestión nasal; estornudos frecuentes (si son recurrentes pueden provocar la irritación de la mucosa nasal); ojos llorosos y rojos (provocando enrojecimiento, lagrimeo y sensación de ardor o picazón), hasta fatiga y cansancio son los síntomas más comunes de la alergia primaveral, a la vez que incómodos. «Cuando se trata de pólenes muy volátiles, como los mencionados anteriormente, poco podemos hacer a nivel preventivo, más allá de iniciar cuanto antes el tratamiento farmacológico», afirma el especialista.

$!El Dr. Rafael Llátser Oliva, jefe de la Unidad de Alergia de la Xarxa Sanitària i Social de Santa Tecla. Foto: Cedida

Así, para aliviar dichas molestias, el Dr. Llátser indica que «en jarabes para niños y pastillas para adultos, los antihistamínicos garantizan una respuesta inmediata para aliviar los síntomas, sobre todo las molestias nasales y oculares», y añade que, a día de hoy, «ya no tienen un efecto sedante ni tampoco tantos efectos adversos, como aumento de peso».

Asimismo, cuando la persona sufre un brote agudo, el alergólogo señala que «también se deberían asociar corticoides nasales que no tienen efectos secundarios». Al mismo tiempo, «los lavados nasales contribuyen a aliviar la sintomatología y se aconsejan previamente a la administración de la medicación nasal, puesto que contribuyen a obtener mejores beneficios».

En cambio, para contrarrestar las molestias oculares, el alergólogo explica que «sería recomendable un tratamiento tópico de antihistamínicos en monodosis para controlar la inflamación y evitar, a largo plazo, tener que llegar a aplicar localmente colirios de corticoides».

Cambio climático

Este año se prevé que, con motivo de las temperaturas tan altas que se han registrado al inicio del año y la gran cantidad de precipitaciones que ha habido en el mes de febrero, el polen se mantenga más tiempo en el ambiente, según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica.

Desde la organización también indican que el cambio climático y la contaminación aumentan la incidencia de las enfermedades. Una realidad que corrobora el Dr. Rafael Llátser: «Las condiciones ambientales actuales, con temperaturas estables y viento, favorecen la volatilidad del polen, por lo que en las últimas semanas se han registrado brotes de ciprés y parietaria». Asimismo, el especialista hace hincapié en que «en los próximos años, habrá cada vez más personas con alergias como consecuencia de la evolución de la sociedad, puesto que la alergia es un subproducto de una memoria equivocada del sistema inmune».

Por último, la contaminación se ha consolidado como un factor con repercusiones determinantes en las enfermedades alérgicas. «Hemos observado un aumento de la sensibilidad a los alérgenos y un agravamiento de los síntomas de los pacientes alérgicos. Además, las partículas contaminantes pueden irritar la mucosa nasal, la piel y la conjuntiva ocular, de modo que los alérgenos penetren con mucha más facilidad», concluye Carmen Andreu, secretaria de la SEAIC.

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