Colesterol y diabetes, bajo control

Consejos. Priorizar verduras y legumbres y prescindir de alimentos procesados ayuda a prevenir ambas patologías

22 enero 2022 19:40 | Actualizado a 23 enero 2022 12:11
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Siete de cada diez españoles no se han hecho ninguna revisión de colesterol en el último año, según una encuesta de la Fundación Española del Corazón. En 2021 hubo entre 6 y 7 millones de muertes a causa de la diabetes y sus complicaciones asociadas en todo el mundo. Además, los casos de personas con diabetes en España han aumentado en más de la mitad en los últimos diez años, según datos extraídos de la décima edición del Atlas de la Diabetes.

¿Cómo afecta el colesterol y la diabetes a nuestra salud? «El colesterol es una grasa natural que se encuentra por ejemplo en la membrana de las células de nuestro cuerpo, necesaria para su funcionamiento. Lo obtenemos de los alimentos y también lo produce nuestro hígado y es imprescindible para la vida por sus numerosas funciones», explica la dietista-nutricionista Rosa Baró del centro NutriFisio de Reus, quien esta semana ha impartido la charla gratuita Alimentació com a prevenció del sucre i el colesterol en la Associació de Dones Ganxetes de Reus.

La misma especialista recuerda que el colesterol circula por la sangre desde el intestino o el hígado hasta los órganos que lo necesitan y lo hace uniéndose a partículas llamadas lipoproteínas, y se puede diferenciar dos tipos de colesterol: «De baja densidad (LDL) o ‘malo’ –que se encarga de transportar el colesterol desde el hígado a todas las células de nuestro organismo, pero se deposita en la pared de las arterias y forma las placas de ateroma– y de alta densidad (HDL) o ‘bueno’ –que recoge el colesterol no utilizado y lo devuelve al hígado para su almacenamiento o excreción al exterior a través de la bilis para que sea destruido».

En cuanto a la diabetes, Rosa Baró advierte que «el tipo 2 es la más común, estando presente en el 90% de todos los casos diagnosticados y se caracteriza por ser una diabetes resistente a la insulina, por lo que el cuerpo no responde ante esta. A raíz de que la insulina no funciona adecuadamente, los niveles de glucosa se elevan, liberando más insulina. Para algunas personas con diabetes tipo 2, esto puede desgastar el páncreas, provocando que el cuerpo produzca cada vez menos insulina y aumentando aún más los niveles de azúcar en sangre».

Vinculadas

Y, ¿qué relación tiene la diabetes con el colesterol? «El colesterol alto por sí solo no produce diabetes, pero está relacionado con la ingesta de grasas que contienen la pastelería o las frituras. Por lo tanto, no es raro que los mismos alimentos que suben el azúcar aumenten el colesterol», explica la dietista-nutricionista, quien agrega que «la diabetes sí tiende a reducir los niveles de colesterol ‘bueno’ e incrementar los niveles de triglicéridos y colesterol ‘malo’, lo que aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares». Por ello, «si no seguimos estas recomendaciones es muy habitual sufrir de una o las dos enfermedades. Y también sabemos que el factor más importante que hace que una persona al cabo de un tiempo sea diabética es el sobrepeso y la obesidad», advierte Rosa Baró.

De este modo, urge la necesidad de frenar y controlar la incidencia de ambas enfermedades. ¿Cómo? Con una alimentación saludable y equilibrada. «Entre 7 y 8 de cada 10 casos de diabetes tipo 2 se podrían evitar si se siguieran las recomendaciones en alimentación y estilo de vida saludable. Por ejemplo las indicaciones de una vida activa, no fumar y restringir la ingesta de bebidas alcohólicas», afirma Rosa Baró, quien añade que «la diabetes tipo 2 se diagnostica sobre todo en personas adultas, aunque está aumentando en niños, adolescentes y jóvenes por los altos niveles de obesidad». En cuanto al colesterol, «el problema son los niveles elevados de colesterol ‘malo’, ya que incrementa el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares», afirma Baró.

Por ello, entre los alimentos que contribuyen a controlar el colesterol se incluyen «los vegetales en forma de verduras, hortalizas, frutas, frutos secos, semillas, pescado azul y aceite de oliva virgen extra… Y si cambiamos una ración de carne por legumbres, como la soja o las lentejas, podemos disminuir el riesgo de enfermedad cardiovascular entre un 18% y un 33%», detalla Rosa Baró, y por ello deberíamos prescindir «de los procesados ricos en grasas saturadas y de palma y azúcares, como los embutidos y fiambres, los quesos, bollería industrial y productos azucarados».

Igualmente, para mantener a raya la diabetes convendría incluir en la lista de la compra «verduras, hortalizas y frutas… Además de legumbres, siendo conscientes de las raciones», y excluir «los alimentos superfluos y procesados, como bebidas azucaradas, aperitivos comerciales dulces y salados, carnes procesadas, platos preparados, comida rápida, bebidas alcohólicas y cualquier alimento con azúcares añadidos (como la fructosa, jarabe de arce, de maíz, miel, melaza, dextrosa, azúcar moreno, ecológico …), así como los alimentos habitualmente etiquetados ‘para diabéticos’».

Fibra y frutos secos

Comer alimentos ricos en fibra también contribuye a controlar ambas enfermedades. La razón es que «la fibra se uniría con los ácidos biliares y los azúcares de la alimentación, formando un gel, haciendo que se eliminen por las heces y reduciendo de esta forma la absorción, también ayuda en la velocidad de tránsito intestinal y si la fibra proviene de verduras, hortalizas, frutos secos,… aportan esteroles y estanoles vegetales que compiten en la absorción de colesterol. En el caso de los azúcares prolonga el tiempo que tardan en absorberse en el intestino, lo que hace que el pico de azúcar en sangre que se produce como consecuencia de la absorción sea más bajo». Por último, los frutos secos son recomendables porque «aportan magnesio, fibra con bajo índice glucémico, grasas mono insaturadas, omega-3, antioxidantes y arginina, que ayudan en la función endotelial, la inflamación y la resistencia a la insulina comportando una menor mortalidad», concluye Rosa Baró.

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