Horas después de recuperar la vara de alcalde, Oliver Klein (NMC), comparte con en Diari de Tarragona los proyectos más urgentes a atender con su vuelta al primer plano de la escena política de Cambrils gracias a los apoyos conseguidos del PSC y el PP. Con la mirada y el foco solo puestos en el futuro, pide paciencia para poder revertir la política de personal y volver a posicionar el municipio del Baix Camp como auténtica capital gastronómica. Ofrece estabilidad, compromiso, ganas y valentía para conseguirlo.
¿El pasado jueves se hizo justicia con el resultado conseguido en las municipales de 2023?
Siempre pusimos sobre la mesa que el anterior gobierno cometió el pecado de ir en contra de la voluntad popular. Es muy difícil luchar contra eso.
¿Cómo gestiona emocionalmente un político que acaba de ganar las elecciones con seis concejales y no ser alcalde?
Estando muy seguros del proyecto que hay detrás. Tenemos mucha gente, tanto a nivel de miembros del partido como de Cambrils que nos apoya. Gente que te anima. Teníamos que ser resistentes, durar y los hemos conseguido. La fuerza de la gente que nos apoya y creer que lo conseguiríamos antes o después.
¿En qué momento tiene la sensación de que puede volver a la alcaldía antes de los comicios 2027?
Han habido diferentes fases y diferencias importantes que sabíamos entre los miembros del gobierno anterior. Una fue una entrevista al concejal Jordi Barberà o bien, cuando los miembros del gobierno unos decían una cosa y otros justo lo contrario.
¿Cómo se ha articulado el cambio de gobierno? ¿Cuándo se materializa el punto de inflexión que desencadena lo que pasó jueves?
Hay una fase inicial muy clara que es la oposición fuerte y constructiva que hemos hecho. Nosotros no hemos incentivado ninguna moción de censura ni de confianza. Solo hemos estado repitiendo que las cosas se hacían muy mal y que íbamos en una dirección muy equivocada. Siempre habíamos calculado que todas las ecuaciones de una nueva gobernabilidad de Cambrils pasaban por la suma de los seis concejales del NMC.
Ha vuelto a pactar con el partido del que se separó hace años...
Esto es un tema de mi currículum político y de mi pasado político. Nuestro balance cuando hemos estado con el PSC es muy positivo.
¿Cuál es el primer punto de su agenda de mañana?
Política de personal porque el de Turismo lo he avanzado a hoy. También ha habido ya una comunicación por escrito a los representantes de los trabajadores porque hay la voluntad de crear una mesa de diálogo con sus representantes y aquellas personas que a nivel técnico, administrativo y jurídico nos pueden ayudar a hacer un recopilatorio de los temas pendientes y decidir dónde queremos ir.
¿Qué complica resolver la política de personal?
Hay muchos motivos, pero la carencia de estabilidad sería un facto clave en todo ello. Muchos cambios de partidos políticos, de gobiernos, criterios diferentes y no tener una línea más o menos estable donde centrar los objetivos a conseguir.
¿El gerente será una pieza vehicular y urgente para poner orden?
De momento no.
Pero el PSC lo propuso...
No en el pacto de gobierno.
El nuevo pabellón municipal, ERC lo cambió con su llegada al gobierno...
Me comprometo en las próximas semanas a decidirlo porque dejé un proyecto ejecutivo que podía ser en la zona deportiva. Tiene un gran valor añadido por cómo está comunicado, tanto por carretera como por la estación de tren. Es un hub.
Por primera vez en la historia se unen las concejalías de promoción económica y turismo
Son dos áreas muy importantes. Es la economía en el municipio. Tenemos ganas de desarrollar un turismo y una promoción como toca, pero nunca hemos tenido ni el suficiente personal ni el suficiente presupuesto. Esta unión sí que suma.
¿Cómo podemos revertir la situación de los trabajadores del Patronat de Turisme siendo una pieza tan estratégica para el municipio?
Es un problema común con el área de Recursos Humans. Hay muchos problemas internos acumulados que la están debilitando.
¿Y la solución pasa por...?
Generar un ámbito de confianza importante. Tenemos que mirarnos a los ojos directamente y decirnos que somos capaces de cambiarlo. Animarles, decirles que merece la pena y marcarnos los dos o tres aspectos clave que estamos seguros que podremos cumplir en dos años.
¿Cambrils seguirá siendo la capital gastronómica?
Sin duda. Tenemos el valor, el sello y la marca. Hay que trabajar y mejorar la actual colaboración público privada.