Anna y Joan, los mossos que evitaron el ahogamiento de un niño de 2 años en Cambrils

La rápida actuación de los agentes permitió que los sanitarios salvaran la vida al pequeño, que no podría respirar. El menor se ha recuperado totalmente y no le han quedado secuelas

27 septiembre 2023 22:05 | Actualizado a 28 septiembre 2023 07:00
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Estar en el sitio y en el momento adecuado. Estas fueron dos de las claves –junto con la colaboración ciudadana– de la actuación de dos agentes de los Mossos d’Esquadra que seguramente con su rápida intervención –y también determinación, aunque fuera en contra de los protocolos establecidos– salvaron la vida a un niño de dos años que se estaba ahogando con sus mocos en Cambrils.

El pequeño –que es vecino de Lleida– se ha recuperado perfectamente y Anna y Joan –los dos policías– esperan algún día poderlo volver a ver junto con sus padres.

Los dos agentes –en patrullas diferentes– estaban realizando un control en la rotonda situada en la confluencia de las avenidas De la Diputació –que une Salou y Cambrils por la costa– y D’Oleastrum, en Vilafortuny.

Sobre las dos y media de la madrugada paso por el lugar –procedente de Salou– un turismo. El conductor, al ver a los agentes, paró. Les dijo que delante del Horel Voramar – situado a unos 300 metros– había unos padres que estaban pidiendo auxilio porque su hijo pequeño no podía respirar.

«No respiraba»

Los dos agentes se subieron a uno de los vehículos policiales para ver què pasaba e intentar ayudar. Al llegar vieron a un hombre con su hijo de dos años en el brazo. «El pequeño tenía la cara azul, y los brazos relajados y sin reflejos». No respiraba debido a los mocos de una bronquitis. Así llevaba «unos dos o tres minutos».

A pesar de que el protocolo recoge que en estos casos se tiene que solicitar la presencia de una ambulancia –y también de personal médico en su caso– «decidimos trasladarlo al CAP de Cambrils. Sabiamos que eran cuatro minutos, una distancia muy corta. Y su hubiésemos esperado a la ambulancia el tiempo habría sido mayor», comentan. Mientras, la madre estaba hablando por teléfono con el 061.

Los agentes, ante la situación crítica del pequeño, no dudaron en saltarse el protocolo

Con Anna al volante, detrás iban los padres con el pequeño. Ya de camino hacia el CAP –que había sido avisado del incidente para que estuviese preparado– la madre del pequeño le dio el teléfono a Joan a través de las ventanillas –el vehículo tiene mamparas que separan los asientos de delante de los de detrás– para que siguiera hablando con el 061.

Cuando llegaron al CAP, la doctora ya los estaba esperando. Se llevaron al pequeño directamente al box de reanimación. «Mientras, nosotros dimos apoyo a los padres porque estaban muy afectados y preocupados. La madre tenía un ataque de ansiedad». Poco a poco, el niño comenzó a respirar. Los mocos de la bronquitis le habían bloqueado las vías respiratorias.

Al hospital

Cuando ya estuvo un poco más recuperado, una ambulancia lo trasladó al Hospital Sant Joan de Reus, acompañado de la madre. Incluso el ciudadano que había alertado a los agentes en la rotonda pasó después por el CAP para preguntar si todo había ido bien.

Por su parte, los agentes trasladaron al padre hasta el hotel donde se alojaban para que pudiera recoger algunas pertenencias y con su coche se marchó al hospital de Reus.

La familia es de Lleida y pasaba unos días de vacaciones en Cambrils. Después de estar unos días ingresado, el pequeño fue dado de alta y volvieron a la capital del Segrià.

Al cabo de unos días, los dos agentes –que ya estaban en turno de descanso– llamaron a la familia. El pequeño estaba bien, no le habían quedado secuelas «y que volvía a ser el de antes». «El padre del niño es agente de la Guàrdia Urbana de Lleida. Sabemos que ha comentado con sus jefes lo sucedido y que el día del patrón podrían invitarán a estar con ellos», comentan.

No les preocupa haberse saltado el protocolo y aplicado el sentido común. «La doctora del SEM nos dijo que habíamos actuado bien no esperando a la ambulancia, que ella hubiese hecho lo mismo». Cuando se les pregunta si les gustaría volver a ver al niño, la respuesta es clara: «Sí. Nos gustaría que bajase la familia».

Por ahora, los dos agentes tendrán que esperar para ver de nuevo a la familia, comenta al Diari Héctor, el padre del pequeño: «De momento no lo hemos decidido. Pero dentro de un tiempo me gustaría reencontrarnos e ir a comer. Nos apoyaron y ayudaron en todo momento», recalca.

Esperando la ambulancia

Héctor recuerda que cuando la familia se encontraba en la habitación, su hijo comenzó a dejar de respirar. Tras llamar al 112 «bajamos a la recepción para esperar a la ambulancia, mientras su esposa hablaba con el 061 y yo le hacía maniobras de reanimación». Y apareció la patrulla de Mossos, «gracias a su rapidez evitamos malos mayores». Él ha propuesto a la Guàrdia Urbana de Lleida –donde es agente– que den una felicitación a los dos mossos «pero una comisión lo tiene que valorar».

Pero lo que tiene claro Héctor es que «mi felicitación la tienen: como padre y como ciudadano». Agradece mucho la actuación de los dos mossos: «Para mí ya tienen un amigo en Lleida».

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