El director del Departamento de Seguridad Nacional, el general Miguel Ángel Ballesteros, ha expresado su preocupación por la expansión del yihadismo en países de regiones africanas, como el Sahel y el Magreb, y ha advertido: "No podemos bajar la guardia porque tenemos a Dáesh más cerca".
Miguel Ángel Ballesteros ha realizado estas manifestaciones este jueves en el acto de presentación del anuario de terrorismo yihadista del Observatorio Internacional de Estudios sobre Terrorismo (OIET).
Ha explicado que "la diáspora" que ha sufrido el Estado Islámico en Siria a Irak ha acercado al Daésh a España y ha considerado que intentará reproducir en el Sahel y en el Magreb el modelo que impuso cuando se convirtió en un "pseudoestado" que tenía "bajo su bota a casi ocho millones de personas y que era capaz de movilizar a jóvenes".
El general Ballesteros ha añadido que la situación en esta zona de África se ha complicado con la retirada de Malí de tropas por parte de Francia, que estima que los gobiernos de la zona no dan garantías de estabilidad. Igualmente ha indicado que la presencia de "contratistas rusos" en la región complica la estabilidad de la zona, si bien ha aclarado que estos están vinculados a compañías de seguridad y no a fuerzas militares y que este problema no tiene conexión alguna con la guerra de Ucrania.
A juicio de Miguel Ángel Ballesteros las detenciones efectuadas por las Fuerzas de Seguridad del Estado han posibilitado que en España no se hayan cometido atentados desde los ataques de 2017 en Las Ramblas de Barcelona y en Cambrils (Tarragona) pero ha insistido que la expansión del yihadismo por el Sahel y el Magreb supone que siga siendo una amenaza.
Por su parte, el subdirector general de Cooperación Internacional contra el Terrorismo del Ministerio de Asuntos Exteriores, Carlos Ruiz, ha mostrado su preocupación por que la guerra de Ucrania provoque un efecto llamada de terroristas para incorporase al conflicto a modo de entrenamiento para cometer luego atentados. Ha advertido de que los terroristas pueden aprovecharse de la proliferación y falta de control de armas que el conflicto conlleva.
Carlos Ruiz ha señalado que debido a la expansión del yihadismo en África el Ministerio de Asuntos Exteriores lleva más de un año negociando con la Organización de Naciones Unidas para abrir en Madrid una oficina de la ONU que sirva como centro neurálgico de la lucha contra el terrorismo en Europa con vocación de tratar de evitar su avance en el Sahel. Ha añadido que entre los próximos 10 y 11 de mayo se celebrará en Málaga una conferencia internacional de la ONU sobre derechos humanos, sociedad civil y lucha contra el terrorismo en la que está previsto que participe el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres.
El anuario del OIET refleja que en 2021 las Fuerzas de Seguridad efectuaron en España 39 detenciones, todas de varones, en 25 operaciones contra el yihadismo, sobre todo en zonas costeras aunque los principales focos siguen siendo las comunidades de Madrid y Catalunya.
Siete de las operaciones mantenían relación con la actividad desarrollada por los detenidos en procesos de radicalización o labores de adoctrinamiento dentro de las prisiones. De los detenidos en 2021 en España se desprende un perfil mayoritario de un varón ciudadano marroquí (42 por ciento), soltero (56 por ciento) de entre 18 y 24 años (29 por ciento), desempleado (62 por ciento), con antecedentes por delitos comunes (42 por ciento) con adscripción ideológica a Dáesh (71 por ciento) y al que se le imputa enaltecimiento del terrorismo (32 por ciento).
En el mundo un total de 9.603 personas murieron en 2.193 atentados, unas cifras similares a las de 2020 cuando se registraron 9.748 fallecidos en 2.350 acciones yihadistas. La mayoría de atentados yihadistas, 599, tuvieron lugar en Afganistán, seguido de 319 en Burkina Faso, 281 en Malí, 173 en Nigeria, 134 en Irak, 129 en Camerún, 115 en Níger, 94 en Siria, 61 en la República Democrática de Congo,, 59 en Somalia, 47 en Mozambique, 40 en Pakistán, 26 de Egipto, 23 en Tailandia, 20 en India, 15 en Filipinas, 11 en Kenia, 6 en Chad y Costa de Marfil.
Además, 5 en Yemen, 4 en Libia y Uganda, 3 en Benín, 2 en Túnez, Indonesia, Argelia, Tanzania, Sudán y Francia y uno en Maldivas, Alemania, Nueva Zelanda, Noruega, Reino Unido, Arabia Saudí y Togo