Los servicios de información del Estado español se reunieron al menos seis veces con el imán de Ripoll, Abdelbaki es Satty, entre 2012 y 2014, mientras cumplía condena en la prisión de Castellón y antes de mudarse a Ripoll, con el objetivo de obtener información sobre entornos yihadistas. Sin embargo, fue descartado como colaborador debido a la falta de confianza en sus informaciones. Además, no se consideró que representara un riesgo. Entre 2014 y 2015, con el aumento de la actividad yihadista en Europa, el CNI centró sus esfuerzos en otros individuos, según revelan documentos desclasificados por el gobierno español y declaraciones del exdirector del CNI, Félix Sanz Roldán, ante la comisión de secretos oficiales del Congreso en 2018, tras los atentados del 17 de agosto.
En una treintena de páginas desclasificadas a petición de JxCat, se incluyen informes de diversas entrevistas entre el CNI, la Guardia Civil y Es Satty en la prisión de Castellón, una carta manuscrita del imán, un análisis grafológico de esta carta y la comparecencia de Sanz Roldán en el Congreso. Según los informes, Es Satty era muy inteligente, pero mostraba “tendencia al engaño”, lo que lo descalificaba como informante de los servicios secretos. Las investigaciones no encontraron vínculos sospechosos con el terrorismo, y debido al creciente número de objetivos reales, dejaron de seguirlo y de contactarlo.
Sanz Roldán recordó que Es Satty fue mencionado en la operación “Xacal” en Vilanova i la Geltrú en 2006, que desarticuló dos células yihadistas vinculadas a Al Qaeda. Sin embargo, Es Satty nunca fue investigado ni detenido, aunque continuó siendo de “interés genérico” por sus posibles vínculos con entornos radicales. Residente en Vilanova, mantenía contactos con jóvenes musulmanes y viajaba frecuentemente a Marruecos, donde comerciaba con chatarra. Según el CNI, nunca se recibieron indicios de su radicalización ni señales de que representara un peligro para la seguridad nacional.
Seis entrevistas en prisión
Es Satty fue arrestado en 2010 por transportar 130 kilos de hachís y condenado a cuatro años de prisión en Castellón 1. En 2012, expresó interés en colaborar con información sobre actividades terroristas, destacando un clan familiar involucrado en tráfico de drogas y captación de personas para zonas de conflicto. Aunque proporcionó datos en varias entrevistas, los agentes concluyeron que sus informaciones podían ser interesadas y sesgadas, lo que generaba desconfianza.
En 2013, el CNI reanudó su interés y lo vigiló durante sus permisos penitenciarios, sin encontrar contactos relacionados con el terrorismo. En 2014, antes de su liberación, el CNI evaluó su posible reclutamiento como informante, pero tras varias reuniones, concluyó que su tendencia al engaño y desconfianza lo hacían inadecuado para esta tarea. Un informe grafológico describió a Es Satty como una persona inteligente, manipuladora y con tendencia a decir lo que sus interlocutores querían escuchar.
Fin del seguimiento
Tras su liberación en mayo de 2014, el CNI realizó un seguimiento adicional sin obtener información relevante para la lucha antiterrorista. En febrero de 2015, Es Satty se trasladó a Ripoll, donde asumió el cargo de imán de una mezquita. Para entonces, ya no era considerado un objetivo de interés. Sanz Roldán afirmó que ningún servicio secreto extranjero pidió información sobre Es Satty, ya que no representaba una amenaza.
En el contexto de la proclamación del califato del Estado Islámico y atentados como el de Charlie Hebdo, el CNI priorizó 369 objetivos de interés terrorista y gestionó 610 investigaciones, la mayoría en colaboración con servicios internacionales. Durante ese tiempo, Es Satty no mostró indicios de radicalización ni vínculos con organizaciones terroristas.