En Reus, los sueños ya no se esconden: salen al balcón, ondean en rojinegro y se funden con el cielo.La ciudad ha vivido una semana de celebraciones que son algo más que victorias: son gestos de identidad.
Y si el martes el eco del Reus Deportiu de baloncesto retumbaba en la Plaça del Mercadal por el ascenso a Super Copa Catalunya, ayer fue el turno del Reus FC Reddis, que llevó al Balcó dels Somnis del ayuntamiento el latido del fútbol y el aliento de toda una afición.
El ascenso a Segunda RFEF, labrado en Terrassa y sellado con la derrota del Girona ‘B’, fue celebrado como merecen los sueños cumplidos: con alegría, memoria y vista hacia el futuro.
El cuadro rojinegro fue recibido en el Palau Municipal de Reus por algunos miembros del gobierno municipal y de la oposición. La alcaldesa, Sandra Guaita, tomó la palabra en el salón de plenos después de que la comitiva rojinegra subiera las escaleras del ayuntamiento.
Guaita dio la bienvenida a la plantilla y la felicitó por un ascenso «que ha llegado antes de lo previsto», según afirmó. «La enhorabuena no tan solo por el ascenso, sino por el trabajo que habéis llevado a cabo durante los últimos años y por los valores que transmite el grupo», señaló la alcaldesa.

También quiso animar al grupo para la próxima temporada y agradeció al club «por la capacidad de hacernos recuperar el orgullo de ciudad»: «Reus tenía la necesidad de tener un referente futbolístico y vosotros lo habéis sido».
Por su parte, el concejal de Esports, Enrique Martín, destacó el valor social del proyecto: «El objetivo era crear un espíritu para que la gente recuperara las ganas de ir al Estadi Municipal los fines de semana; y esto es fruto del trabajo de los últimos años». «Este equipo es como una familia», remarcó.

También quiso ofrecer unas palabras el presidente de la entidad, Xavi Roig, quien comunicó que el mandato de la directiva finalizará después del partido de esta próxima jornada ante el Sabadell ‘B’, pero manifestó su intención de presentarse a la reelección: «Son cuatro ascensos y cinco categorías subidas en cinco años», valoró.
El técnico del Reus, Marc Carrasco, agradeció tanto a la directiva como a la plantilla, a quien consideró como «los verdaderos protagonistas del ascenso». También quiso dejar claro que «esto no es solo un ascenso deportivo, sino que es una declaración de intenciones de quién son las y los reusenses».

La comitiva rojinegra pasó del salón de plenos al Balcó dels Somnis, donde pudo saludar a la afición que esperaba en la Plaça del Mercadal y festejar junto a ella el ascenso, después de haberlo hecho ya el pasado domingo en la Plaça del Prim y con vistas a hacerlo el próximo domingo de nuevo en el Estadi Municipal después del choque contra el Sabadell ‘B’.
En el Balcó, no faltó un merecido homenaje al ‘abuelo’ del Reus, Antonio Férez, una de las personas más queridas en la familia rojinegra. Un hombre que siente y vive a este equipo como el que más. Que respira fútbol y que es la voz que alienta a la parroquia reusense en la banda cuando el equipo más lo necesita.

Y así, entre aplausos, discursos y miradas al horizonte, Reus volvió a latir con fuerza desde su balcón más simbólico. El Reus no solo ha conquistado una categoría más: ha tejido un relato de esfuerzo colectivo, de identidad recuperada y de sueños que se alzan sin pedir permiso.
Porque en esta ciudad, donde el fútbol se vive con el corazón en la mano, cada ascenso es una declaración de amor. Y hoy, ese amor ha tenido balcón, nombre y color, mucho color: el rojinegro del alma reusense.