Bolsa dentro caja. No es un sin sentido. Es la traducción literal de la expresión en inglés Bag in Box, un envase creado en la década de los 60 en Australia. En España se utiliza desde la década de los setenta. El objetivo es conseguir que el típico vino de garrafa no se eche a perder.
«Todos sabemos que si compras una garrafa de 5 litros en una bodega, y te dura un mes o más, es posible que las últimas semanas el vino no esté en las mismas condiciones de los primeros días», detalla la sumiller y enóloga Anna Casabona. En estas condiciones las probabilidades de que el vino resulte defectuoso, se oxide o se avinagre, son mayores.
El sistema
Desde la primera hasta la última copa el vino tendrá las mismas características. El sistema es muy sencillo de utilizar. Consiste en una bolsa (normalmente metalizada) provista de una válvula o grifo para el consumo del producto. La bolsa, que se halla dentro de la caja, se irá contrayendo impidiendo que el vino entre en contacto con la luz y el aire, evitando así su oxidación y alargando la conservación del vino desde el primer servicio.
El sistema permite alargar la conservación desde la primera copa«El vino siempre está a resguardo del oxígeno, ya que la bolsa hace el vacío», detalla la sumiller. Es una forma de vender vino a granel pero con las máximas garantías de higiene (el vino está protegido de cualquier bacteria) y estabilidad, ya que conservará el sabor y aroma desde el primer día. Según la enóloga una vez se sirva la primera copa la vida útil del sistema es de poco más de 30 días, mientras que precintado puede durar muchos más meses a buen recaudo.
Tamaños para todos los gustos. Desde 3 hasta 20 litros, son algunos de los formatos disponibles. Sepa que el tamaño ‘XXL’ está pensado para el sector de la hostelería. «El envase pequeño es perfecto para tener en la nevera y que el vino esté siempre fresco, especialmente si es un vino blanco», asegura Anna Casabona, quien también recomienda, ahora en verano, servir el vino tinto fresco, sobre todo si es joven.
En Estados Unidos y los países nórdicos nos llevan ventaja en la utilización del Bag in Box. En cambio más cerca de casa, según la sumiller, «todavía somos reticentes a utilizarlo, se opta por la garrafa o bien por el vino embotellado». Vermut, aceite de oliva,… son otras bebidas que se pueden comprar en el formato Bag in Box, en cambio el sistema no es apto para bebidas carbónicas, como espumosos o cervezas.
Vino cotidiano
No siempre se tiene el ánimo para descorchar una botella. El Bag in Box es una gran solución para el vino del día a día, y si quiere seguir al pie de la letra la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que estima que dos copas de vino al día son, dentro de un consumo moderado, fuente de salud.
Vino de mesa o con denominación de origen. Son los tipos de Bag in Box que puede encontrar en el mercado. No se preocupe por el precio porque, según Anna Casabona, «no son vinos de alta gama, sino que son vinos cotidianos». El envase también destaca, además de por su facilidad de uso, por su practicidad así como por su reducido peso y volumen. Además el Bag in Box es un envase económico, ecológico (con una huella de carbono muy favorable ) y fácil de reciclar.
Pase lo que pase con el sistema Bag in Box siempre tendrá la garantía de que el vino estará bueno desde el primer hasta el último día.