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¿Qué son los biocombustibles y cómo se producen?

Los combustibles derivados de residuos orgánicos abren la vía más pragmática para reducir las emisiones de la movilidad a corto plazo. Parte de su fabricación tiene su origen en el complejo de Repsol en Tarragona

09 noviembre 2023 19:45 | Actualizado a 10 noviembre 2023 06:30
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Los carburantes renovables se asemejan a los de origen fósil, con la diferencia de que han sido fabricados a partir de materias primas verdes, lo que permite reducir la huella de carbono, en especial del transporte pesado. Existen dos tipos: los biocombustibles y los combustibles sintéticos. Los primeros se producen a partir de residuos orgánicos (agrícolas, urbanos, aceites usados...), y al combustionar en los vehículos, el CO2 que se emite por el tubo de escape se compensa con el ‘capturado’ de la atmósfera al emplear dichos residuos en el proceso de fabricación. Por su parte, los combustibles sintéticos también se fabrican a partir del CO2 capturado, pero además se mezclan con hidrógeno renovable.

Montserrat Vallverdú, con casi 35 años de experiencia en el complejo industrial de Repsol en Tarragona y hoy responsable de sus proyectos de Transformación en el ámbito de los combustibles renovables y economía circular, explica que esta tecnología ya permite a día de reducir las emisiones netas de C02 por la combustión de los motores: «Son una solución disponible, como los vehículos eléctricos o el hidrógeno verde, especialmente útil para sectores difícilmente electrificables, como puede ser la aviación, el transporte marítimo o el transporte pesado terrestre».

Sin cambios en los motores

Los biocombustibles avanzados tienen la gran ventaja de que, al ser similares en sus propiedades químicas a los convencionales, se pueden usar en los motores actuales, sin hacer cambios, y se puede mantener la misma estructura de producción, distribución y repostaje. «Nos permiten acelerar la descarbonización del transporte antes de que se desarrollen otras tecnologías que llegarán con el tiempo; todas van a ser necesarias y complementarias, pero no todo es electrificar, ahora mismo en el transporte aéreo, por ejemplo, no hay tecnología alternativa. El futuro también va a ser de los combustibles renovables», augura Vallverdú.

El carburante que se suministra en las estaciones de servicio ya contiene más de un 10% de biocombustibles. Repsol lleva 20 años incorporándolos y, gracias a ello, en 2022 se logró evitar la emisión de 2,7 millones de toneladas de CO2. «Ese 10% -destaca esta experta- se está fabricando aquí en Tarragona, junto a otros complejos industriales del resto de la Península». «Además, en 2021 se fabricó una primera partida de combustible sostenible de aviación (biojet) a partir de aceites de fritura usados, y ya en este 2023 estamos preparados para ir produciendo a mayor escala en función de la demanda de las compañías aéreas».

El reto tecnológico en el tratamiento de los residuos orgánicos para optimizar los procesos de fabricación de los biocombustibles es mayúsculo. Repsol ha entrado en la fase de finalización y puesta en marcha, -prevista en las próximas semanas-, de una planta en Cartagena de biocombustibles avanzados, 100% a partir de residuos. Es la primera de España de estas características, con una producción de 250.000 toneladas anuales que evitarán la emisión de unas 900.000 toneladas de CO2/año.

Por lo que respecta a los biocombustibles sintéticos, la tecnología no está tan madura y se continúa investigando. Repsol está desarrollando en Bilbao una planta piloto de demostración para una producción de 2.000 toneladas/año que va a permitir alcanzar un proceso más eficiente. «Ahora mismo, a partir de nuestras capacidades industriales y de las tecnologías disponibles, estamos preparados para avanzar a mayor ritmo... Es una solución eficaz, ya disponible en el mercado, complementaria a otras tecnologías verdes. En la estrategia de Repsol se contemplan todas, que se usarán una u otra en función de la demanda y necesidades de cada caso concreto», analiza Vallverdú.

Pese a las fuertes inversiones y el aumento de costes en los procesos, Repsol realiza un esfuerzo para ajustar los precios de los combustibles renovables: «A medida que las tecnologías vayan mejorando el diferencial se reducirá... Hoy, si evalúas el coste global, con la inversión en la sustitución del coche, los puntos de recarga eléctrica y los kilómetros que haces... los precios son ya competitivos».

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