Cuando el Nàstic de Tarragona decidió reforzar la defensa en el mercado de invierno rápidamente tuvo un objetivo prioritario en mente. Borja Granero era el elegido para aumentar la competitividad en la zaga. Su perfil de futbolista respondía fielmente a lo que la entidad grana busca en el mercado de fichajes: un defensa veterano, contundente, zurdo y con buena salida de balón. Además, llegaba con pleno ritmo competitivo, ya que había sido una de las piezas claves durante la primera vuelta del Alcoyano, equipo del grupo II de Primera RFEF.
Las negociaciones fueron lentas, pero progresaron y finalmente se cerró su fichaje. Borja Granero no tuvo ni tiempo para aclimatarse cuando ya estaba debutando con la zamarra del Nàstic frente a la SD Amorebieta en el Nou Estadi Costa Daurada.
Un 26 de enero se daba un debut en el que estuvo en el verde durante 61 minutos y ofreció una actuación sobria que daba derecho a ilusionarse.
Sin embargo, desde el primer momento la mala suerte en forma de lesiones se cebó con Borja Granero. El central valenciano no pudo jugar en la siguiente fecha por unas molestias musculares. No obstante, aquel fue un contratiempo mínimo, ya que el zaguero sí que volvió a jugar durante las siguientes tres jornadas consecutivas ante Osasuna Promesas, Bilbao Athletic y Ourense.
En tierras gallegas, Granero fue titular, pero solo duró media hora sobre el terreno de juego. Ahí se inició una pesadilla que en Sestao terminó de irrumpir. Tras esos tres duelos, Borja Granero sufrió una lesión en el isquiotibial de la pierna izquierda que frenó su progreso y le dejó sin ese ritmo competitivo que apuntaba ya a conseguir.
Granero estuvo varias semanas en el dique seco, pero finalmente regresó a la convocatoria ante el Zamora hace tres semanas atrás. Ni en la Ruta de la Plata, ni en la victoria ante la Ponferradina, el central tuvo minutos porque se apostó por la prudencia. Forzar su regreso sin necesidad era una manera de volver a exponerle a una recaída.
No obstante, el Nàstic necesitó tirar de Borja Granero frente al Sestao desde el banquillo. Antonio Leal no jugó por enfermedad y Dani Vidal decidió meter al valenciano en el 54’ ante las dudas en defensa que estaba dibujando Dufur junto a Gorka Pérez. A Borja Granero le esperaba la mala fortuna sin él saberlo, porque en el minuto 83 tras un salto caía mal y sus gestos de dolor alertaron a todos los presentes.
Rápidamente la camilla se lo llevó. Él intentó tranquilizar a todos con el pulgar en alto, pero Dani Vidal confirmó la peor de las noticias en la rueda de prensa posterior concedida a Tarragona Ràdio: «Borja iba a tener minutos limitados y al final lo perdemos para lo que queda de temporada».
Una fractura en el húmero, que el Nàstic ha confirmado este martes, le ha dejado fuera de combate para un jugador que no ha podido llegar ni a los 200 minutos con la zamarra grana.