El escritor Joël Dicker (Suiza, 1985) publica La catastrófica visita al zoo, un nuevo libro editado en catalán por La Campana y en castellano por Alfaguara. Se trata de una historia pensada para adultos, pero también para niños, llena de guiños a la sociedad actual, la democracia, la educación inclusiva y el papel que juegan los padres y los maestros. Para Dicker era un gran reto, ya que, tal como él mismo explica, es una novela «diferente» al resto. También deja claro que no hay asesinatos, pero sí una investigación. «No quería introducir violencia porque ya vivimos en un mundo difícil», sostiene, «quería un paréntesis donde pasarlo bien».
Cuando faltan solo dos semanas para la festividad de Sant Jordi, la traducción de la última novela del suizo Joël Dicker se encuentra entre las propuestas que lideran las ventas de libros de ficción en catalán. Consciente de su éxito, el autor subraya que eso le emociona, pero también tiene claro que, a medida que aumenta su grupo de lectores, también es más fácil «no gustar a todo el mundo. La única presión que me pongo es la exigencia de ser auténtico», asegura.
Una premisa que ha mantenido con la publicación de La catastrófica visita al zoo, un libro con una particularidad: está pensado para adultos, pero también para niños. La trama comienza pocos días antes de Navidad, con una visita al zoo de la clase de Joséphine que se convierte en una catástrofe. Nadie sabe exactamente qué ha pasado, pero los padres de la protagonista están decididos a descubrirlo. A medida que la investigación avanza, los personajes descubren que nada es lo que parece y que los acontecimientos pueden dar un giro que nadie espera.
El escritor avisa a sus lectores de que no encontrarán escenas violentas ni ningún asesinato, pero sí una investigación que espera que los mantenga enganchados a la historia hasta su última página. En este caso, la narradora es una niña pequeña, una particularidad que, aunque el autor no buscaba activamente, reconoce que le ha aportado «mucha libertad». De hecho, el autor pide «confianza» a sus lectores con una propuesta que, aunque no es una novela negra, puede ofrecer nuevos descubrimientos a todas aquellas personas ya familiarizadas con su literatura. «Es un libro que habla de temas importantes que espero que resuenen en los adultos, pero sin dar lecciones moralistas», concluye.
Literatura para los pequeños
Uno de los objetivos del libro es fomentar la lectura entre los más pequeños, una práctica que Dicker defiende activamente. En este sentido, recuerda que los niños que son capaces de leer en papel tienen más herramientas para interpretar el mundo, en comparación con aquellos que no lo hacen. También señala que las ventajas de la lectura son evidentes en cuestiones de democracia, interpretación y responsabilidad. «No es la magia de mi libro, sino de la literatura», afirma.
Finalmente, Dicker apunta que en el libro los lectores encontrarán ciertas notas de humor que ha ido incorporando, a pesar de que es una práctica que le supone un «reto. Un libro es una apuesta, puede parecer fácil cuando lo vas leyendo, porque sabes qué pasa», reconoce, «pero en realidad es difícil de hacer, porque no hay ninguna receta infalible».
