Mejorar la salud y el bienestar personal y, a la vez, consolidar su aprendizaje profesional en el ámbito formativo. Estos son, a grandes rasgos, los principales objetivos del proyecto de integración de la actividad física en el currículum de los estudiantes del Itinerario Formativo Específico (IFE) de Auxiliar en Mantenimiento de Instalaciones Deportivas del Institut Cal·lípolis de Tarragona, dirigido a jóvenes con necesidades educativas especiales asociadas a discapacidades intelectuales leves o moderadas.
Este centro, con su profesora Nati Ariño N. al frente, participa en los proyectos Growing in CH Vila-seca y We are ready!, incluidos en el programa Innova FP de la Direcció General de Formació Professional del Departament d’Educació, que promueve la colaboración de empresas y centros de formación profesional para trabajar en proyectos de innovación y transferencia de conocimientos.
Gracias a estas dos intervenciones educativas, una treintena de estudiantes de primero, segundo y tercero de Auxiliar en Mantenimiento de Instalaciones Deportivas, del Institut Cal·lípolis, practican floorball (una variante del hockey) y baloncesto. Nati Ariño explica que «este proyecto pretende un objetivo vinculado al crecimiento personal del alumnado: consolidar el hábito de practicar actividad física dentro de su rutina para mejorar su estado de forma y, por lo tanto, de salud». En este sentido, la práctica de estos dos deportes a cargo de estos estudiantes con discapacidad intelectual les ayuda al «conocimiento de su propio cuerpo, la reflexión sobre el sentido y los efectos de la actividad motriz, el desarrollo de hábitos saludables y el hecho de hacerse sentir bien con su propio cuerpo», añade esta profesora del Cal·lípolis.
Pero la integración de la actividad física en el currículum de estos alumnos tiene muchos más beneficios que van más allá de la salud. Nati Ariño explica que «luchamos contra el sedentarismo y apostamos por los beneficios de la práctica de actividad física a tres niveles: físico (mejorando el estado de forma para realizar las labores de la vida cotidiana), psíquico (liberando el estrés y consiguiendo un estado de paz y calma) y social (fomentando las relaciones con los demás y las habilidades sociales». Esta docente comenta que «la recepción de los alumnos y las familias, están siendo muy buena porque la mayoría no hacen deporte en sus ratos libres y esta es una buena oportunidad de que lo hagan».
A los proyectos Growing in CH Vila-seca y We are ready! se suma Learning at Decathlon. Los tres ayudan a los estudiantes a conseguir otro objetivo competencial de aprendizaje, este relacionado con el ámbito profesional: desarrollar labores de auxiliar de mantenimiento para mejorar su competencia profesional.
Esto se consigue a través de la realización de trabajos como la inscripción a un centro deportivo; la preparación de material deportivo para un entreno, partido, competición o acontecimiento deportivo; el mantenimiento del material deportivo; el mantenimiento de los diferentes espacios deportivos de la instalación; la detección y reparación de averías básicas; la seguridad y la prevención en la instalación deportiva y la revisión del plan de emergencias, como la señalización de espacios y el botiquín. El alumnado asiste a estos centros deportivos dos veces al mes durante todo el curso. Al margen, se incorpora la práctica de actividad física a través de su participación en actividades diversas conducidas por los alumnos de los ciclos formativos de grado medio y grado superior de la familia del deporte del centro. Estas actividades son, por ejemplo, juegos tradicionales o de colaboración y/o oposición, dinámicas de expresión corporal, actividades de ocio y recreación o multideportes.
Cuatro centros de la provincia
El Itinerario Formativo Específico (IFE) en Mantenimiento de Instalaciones Deportivas se implantó en el curso 2019-2020. Actualmente lo imparten en toda Catalunya una quincena de institutos, cuatro de los cuales en el Camp de Tarragona y Terres de l’Ebre (Cal·lípolis de Tarragona, de l’Ebre de Tortosa, Andreu Nin de El Vendrell y Narcís Oller de Valls).
Pueden acceder los y las jóvenes con necesidades educativas especiales asociadas a discapacidades intelectuales leves o moderadas, que tienen como mínimo 16 años de edad y como máximo 20 y, preferentemente, que no hayan obtenido el título de graduado en ESO.
Estos estudios desarrollan competencias para realizar trabajos auxiliares en el control de acceso, circulación y asistencia a los usuarios y visitantes de instalaciones deportivas; el apoyo a la organización de actividades fisicodeportivas siguiendo instrucciones o un plan de trabajo; la prevención para la mejora de la seguridad dentro del recinto; la reposición o reparación de averías de nivel básico, y el tratamiento de datos, textos y confección de documentación bajo supervisión, observando las normas de prevención de riesgos laborales y la protección medioambiental correspondiente.