Descalzo, con su guitarra y luciendo su ya famoso bigote daliniano, apareció Camilo en la TAP tarraconense para encandilar a un público que desde el minuto uno ya coreaba sus canciones y estaba totalmente entregado. Esta entrega la supo devolver Camilo con un concierto optimista, dulce y muy amoroso.
El cariño ya se desbordó cuando apareció en el escenario su mujer Evaluna para cantar dos canciones con él y una en solitario. Pura miel. Y a partir de aquí ya parecía más un karaoke que un concierto. Camilo tiene un don, y es el de empatizar con todos de inmediato, no podía esconder la felicidad que le causa su primera gira española y así lo hizo saber al público. Seguro que volveremos a verle por aquí, ganas no nos van a faltar. Ha nacido una estrella.