La cesta de la compra ha variado mucho desde que empezó el confinamiento. De agotarse el papel de váter, a 'pelear' por conseguir harina o levadura.
Estos cambios se deben a que son muchos los que optan por llenar las horas muertas cocinando, especialmente haciendo postres. Por ese motivo, la OCU ha decidido analizar 19 harinas de trigo para ver cuál es la mejor.
Entre las harinas estudiadas hay 13 normales y 9 integrales. Además de su etiquetado, la OCU ha analizado la calidad de la harina (humedad, gluten, proteínas, grasa, fibra, granulometría) y su comportamiento: fuerza, tenacidad, extensibilidad, equilibrio y viscosidad. Y aunque todos los productos seleccionados han superado las pruebas, varios de ellos han destacado frente al resto.
La harina especial para repostería facilita el amasado y da volumen
La OCU ha comprobado que la harina especial para repostería, una vez añadidos el resto de los ingredientes, facilita el amasado, básicamente por su especial viscosidad, superior a la de una harina normal o integral.
Aunque también destacan que la masa ofrece una resistencia superior a la deseable, lo que hace más difícil poder extenderla. Eso sí, una vez en el horno coge más volumen y, sobre todo, más altura que las otras harinas analizadas.
Sin embargo, la organización no ha podido concluir que su calidad fuera extraordinaria, ya que la cantidad de gluten (proteína) que se encuentra es bastante limitada. Algo que, por otro lado, es común al resto de harinas.
Como no podía ser de otra manera, a la hora de preparar un bollo tres de las mejores harinas han resultado ser las especiales para repostería: Aliada Especial repostería (0,84 €/kg) y Harimsa Ideal para cocina y repostería (0,90 €/kg) e Ifa Eliges Especial para cocina y condimentación (0,43 €/kg). Aunque también entre ellas se ha colado una harina normal: La Villa Harina de trigo, de Aldi (0,43 €/kg).
Las harinas integrales son más jugosas, pero tienen otro sabor
Con esta harina los resultados no son muy distintos a los obtenidos con las harinas para repostería. De hecho, los bollos resultan más jugosos, consecuencia natural de su alto contenido en fibra: un 10% de media frente a un 3% de las harinas para repostería y al 4% de las harinas normales.
Del mismo modo, son ligeramente más ricas en grasas insaturadas, lo que también las convierte en harinas más saludables. En su contra, que el bollo sube menos y el sabor es ligeramente distinto, que no peor al que estamos acostumbrados. Entre las analizadas la mejor para repostería es la harina Gallo de grano entero de trigo (1,14 €/kg).
Tres consejos de conservación
Finalmente, la OCU ha elaborado una lista de consejos para conservar mejor la harina y evitar que tenga bichos.
Por ello, la harina debe guardarse en un sitio fresco, seco y aislado del suelo. Y mantenerse idealmente por debajo de 20 ºC. Además, una vez abierto el envase, deberá consumirla antes de tres meses.