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Tarragona está a la cola de la subidas de sueldo contra el IPC

Tarragona figura entre las provincias donde menos crecen los salarios bajo convenios de empresa: un 1,72% frente a una inflación del 9%. Solo Cáceres, Teruel y Salamanca están peor

12 junio 2022 19:32 | Actualizado a 13 junio 2022 14:00
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La inflación sigue desbocada y, de continuar a este ritmo, usted perderá 1.300 euros al cabo de 2022, arrebatados por el monstruo del IPC. O, mejor dicho, tendrá ese dinero de menos en sus cuentas, si no levanta el pie del acelerador de los gastos y sigue con el mismo ritmo de vida. Quizás no lo note pero es así, puesto que con el mismo dinero disponible compra muchos menos bienes y adquiere menos servicios. Y ello pasa porque los sueldos crecen pero a años luz del coste de la vida.

La dinámica se agrava a cada mes que pasa. A finales de 2021 la factura de ese precio de la vida se elevaba a unos 950 euros de más por trabajador en clave tarraconense. Pero este año discurre con subidas mucho más elevadas.

Partamos del sueldo medio declarado en la provincia. Es de 20.399 euros brutos anuales, según el último balance de la Agencia Tributaria. A él hay que aplicarle una subida de salario que sí se está produciendo, aunque, claro está, insuficiente. Ese incremento, hasta el mes de mayo, ha sido del 1,66%, según la estadística de todos aquellos sueldos bajo convenio que ofrece el Ministerio de Trabajo. Ese aumento supone un incremento de unos 337 euros de media al cabo del año.

¿Pero qué está pasando con los precios? Pues que están muy por encima, ya que el salario medio debería aumentarse en 1.630 euros para igualar y dejar sin efecto la inflación, si atendemos a un IPC que en mayo ha sumado el cuarto mes consecutivo superando el aumento del 8%. Por tanto, la diferencia entre lo que suben los salarios y lo que deberían hacerlo arroja esa brecha de más de 1.300 euros en la provincia. Y eso solo teniendo en cuenta un aumento medio del IPC de un 8%.

El coste de la vida está creciendo cinco veces más que el salario. Y, aunque la afectación es generalizada, la provincia está padeciendo más que otras. Figura en el ‘top ten’ de las que tienen un mayor desfase entre el alza de salarios y el de los precios y, por tanto, están perdiendo más poder adquisitivo. Toledo y Palencia se llevan la palma, con un incremento siete veces más grande del IPC que de sueldos, con Tarragona en la novena plaza del ranking, como la primera provincia catalana en ese agravio.

Un menor aumento en Tarragona

Todo ello se produce porque aunque en Tarragona no estén subiendo los precios de una manera excesivamente destacada en comparación con otros lugares –Lleida y Girona tienen encarecimientos más notorios– sí está habiendo más problemas a la hora de elevar los sueldos y, de alguna forma, proteger la capacidad adquisitiva de las familias frente a ese IPC.

Nuevamente, Tarragona está entre las diez provincias con un menor aumento de salarios bajo convenio y la situación todavía es peor si nos fijamos solo en aquellos sueldos que están bajo convenios de empresa (excluyendo los de ámbito superior). Ahí el aumento es del 1,72%, y, en toda España, solo Cáceres (1,63%), Salamanca (1,44%), León (1,50%) y Teruel (1,53%) tienen unos incrementos más reducidos.

Por eso desde hace meses los sindicatos piden subidas salariales para rescatar sobre todo a las clases más desfavorecidas. «Las empresas están repercutiendo el incremento de costes en los precios de consumo, preservando sus márgenes empresariales», explican desde CCOO, que añaden: «A menudo no se están respetando los convenios firmados o hay una negativa a aplicar cláusulas de revisión salarial. Hay que apelar a la responsabilidad de las empresas porque hay margen para frenar este incremento de precios y prevenir un escenario de estanflación».

La situación ha disparado la conflictividad laboral en el seno de las empresas. Uno de los últimos casos en Tarragona ha sido el de las protestas de los empleados de BASF, que se han movilizado a través de encierros y manifestaciones para reclamar un incremento salarial que compense la subida del IPC del 2021 con el fin de no perder poder adquisitivo.

El IPC de mayo, recién conocido estos días, ahonda en la misma línea alcista. La inflación subió en Tarragona un 9%, menos que el récord histórico en tres décadas de marzo (10,5%) pero más que en abril (8,9%). Pero donde mayo ha situado un registro inédito ha sido en los alimentos, con un incremento anual en Tarragona de un 10,3%, nunca visto ni siquiera tras el brutal impacto inicial en las tarifas que provocó la guerra de Ucrania.

«Puede crecer la conflictividad social»

Tarragona vive entre el buen comportamiento del empleo y el optimismo por que la temporada turística se acerque a niveles prepandemia. Sin embargo, algunos indicadores muestran una contención del consumo a raíz de la inflación desorbitada. Un informe de BBVA Research indica que en Catalunya «las consecuencias de la invasión de Ucrania lastrarán la recuperación» y añade: «El PIB sólo recuperará los niveles observados antes de esta crisis a finales del siguiente año». El estudio, que resume el estado de la economía en el primer semestre de 2022, añade que «las políticas públicas van a ser claves para minimizar los efectos de la guerra» y que a ello debe contribuir «la caída del precio de la electricidad». Alerta de los riesgos del desfase entre sueldos e IPC: «En ausencia de un pacto de rentas, el desigual impacto de la inflación puede hacer que aumente la conflictividad social».

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