El revestimiento de poliuretano del edificio incendiado en Valencia es clave en su propagación, un material no obstante cuyo uso es legal en el sector de la construcción y que ya fue protagonista en otros grandes fuegos en edificios como el de la torre Grenfell de Londres, en 2017.
Las fachadas ventiladas tienen un hueco entre el ladrillo y unos paneles metálicos exteriores y se utilizó en este edificio finalizado en el año 2009 y construido con una calidad media-alta, ha explicado esta experta, que lo conoce porque hizo un peritaje por una cuestión no relacionada con este material.
No se puede precisar cuantos edificios en España se han construido empleando este material; sin embargo, fue una tendencia muy habitual en la construcción durante las décadas de los años 2000 y 2010.
La promotora FBEX, propiedad del empresario catalán Juan Parada Henares, promocionaba el edificio incendiado en Valencia destacando «un innovador material tipo alcobound» empleado para su revestimiento.
La empresa se declaró en concurso de acreedores en 2010, pero fue una de las principales promotoras durante el boom inmobiliario, operando principalmente en la Comunidad Valenciana, las Islas Baleares y Catalunya.
FBEX dejó huella también en Tarragona, dentro de una promoción de 1.377 viviendas en el territorio catalán que se construyeron hasta 2008. Las ciudades de la provincia donde operó fueron Reus, Tarragona, la Pobla de Montornés, Constantí Y Falset.
En la capital del Baix Camp se construyeron 80 viviendas entre las calles Manuel Hugué y la Avinguda de Salou. Otros de los proyectos de la empresa no llegaron a ver la luz a causa de la deuda que les llevó al concurso de acreedores.
Sin embargo, se desconoce si estas construcciones utilizaron los materiales del edificio accidentado. Cabe tener en cuenta también que esta práctica no era exclusiva de FBEX, sino que era común durante la época. Ahora algunos expertos creen que el incendio puede «marcar un antes y un después».
Durante el 2008, FBEX también estuvo involucrada en el proyecto de la construcción de la Ciutat Esportiva del Nàstic. Esta empresa era la responsable de edificar los terrenos de la Budellera, pero acabó renunciando al proyecto debido a la crisis que estaba sufriendo.