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Más de dos años para rehabilitar energéticamente un bloque de pisos

Los baches burocráticos retrasan las obras por las complicaciones a la hora de formalizar la solicitud y la negativa de algunos vecinos a pagar por adelantado

21 abril 2023 17:59 | Actualizado a 22 abril 2023 07:00
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La burocracia es el enemigo común de todas aquellas personas o comunidades que quieren acceder a los fondos Next Generation para llevar a cabo una rehabilitación energética en sus edificios. Esto provoca que muchos proyectos se vayan al traste antes de ni siquiera llegar a plantearse propiamente. El mar de papeles, líneas y requisitos que han de cumplirse para poder optar a las ayudas de Europa hace naufragar a muchas comunidades, algunas de las cuales ni pueden permitirse abonar una cierta cantidad por adelantado.

«Hay un gran interés por saber cómo ahorrar energía, pero los datos de obras aún son muy bajos», Ramón Rebollo, gabinete técnico del COAATT

En la demarcación de Tarragona, las obras de rehabilitación van creciendo durante los últimos años, aunque el incremento es sostenido. 2021 fue el año de la última década en que más rehabilitaciones se hicieron: 1.018 obras y un presupuesto de 59.211.754 euros en toda la provincia. 2022 fue el segundo curso más proactivo, ya que se registraron 957 rehabilitaciones por valor de 51.712.984 euros. En el primer trimestre de 2023, ya se han efectuado 268 obras de renovación, un 13% más que en el mismo período de 2022 y el mejor dato de la última década en ese período, tanto de actuaciones como de presupuesto, pues se han invertido 16.467.710 euros.

En 2012, por ejemplo, se llevaron a cabo 633 obras con un presupuesto de 26.184.182 euros. Ramón Rebollo, miembro de gabinete técnico del Col·legi Oficial d’Aparelladors, Arquitectes Tècnics i Enginyers d’Edificació de Tarragona (COAATT), explica que «el sector en Tarragona crece lentamente, pero es estable».

«Aquí, el ahorro energético no está tan interiorizado como en otros países», Sílvia Grau, directora de la Agència Catalana de l’Habitatge

«Para las comunidades, la rehabilitación de un edificio nunca había sido una prioridad, pero es un paradigma que está cambiando, ya que los propietarios entienden las ventajas económicas de realizar un mantenimiento adecuado», añade. A pesar de esto, una gran parte solo renueva cuando no queda otra opción. Fuera del ámbito energético, la puesta en funcionamiento del alquiler turístico también ha provocado obras de este tipo en áreas concretas. El abogado y experto inmobiliario, Manuel Sosa, incide en que «la renovación es muy importante para recuperar edificios y barrios enteros, ya que la construcción de viviendas nuevas tarda muchos años».

La directora de la Agència de l’Habitatge de Catalunya, Sílvia Grau, indica que «aquí, el ahorro energético aún no está tan interiorizado como en otros países». Para finales de año, Catalunya debería tener 25.000 viviendas rehabilitadas a través de diferentes programas. No obstante, se plantea cambiar el dato para que, en lugar de rehabilitados completamente, deban tener, al menos, la subvención concedida.

«La rehabilitación sirve para recuperar edificios y barrios enteros», Manuel Sosa, abogado y experto inmobiliario

Voluntad sin concreción

Lo que sí que ha aumentado de forma considerable son los certificados de eficiencia energética (CEE) que se tramitan en el Institut Català de l’Energia (ICAEN). Estos certificados se otorgan a través de un estudio que analiza lo que se puede ahorrar en un edificio. Solo en el primer trimestre de 2023, con 406 certificados, ya se han tramitado más que en todo el período 2018-2021.

A partir del segundo trimestre de 2022, se produjo una subida generalizada, ya que se pasó de 23 certificados a 197, y se cerró el año con 1.610 CEE tramitados. «La puesta en funcionamiento de las subvenciones Next Generation fue la que provocó el aumento, puesto que, para poder acceder, necesitas acreditar un CEE; sin embargo, el creciente interés no se concreta en obras actualmente, esperemos que la cosa mejore», indica Rebollo.

Desde Rehabilitacions Cal·lípolis, una de las empresas que lleva a cabo actuaciones en el territorio, Enrique Virgós afirma que «hay algunas comunidades que ya empiezan a estar interesadas en el aislamiento térmico». «El principal problema es que la mayoría de los vecinos tengan interés en tirarlo para adelante», añade.

La Generalitat se plantea solicitar una prórroga
en el período planteado, que finaliza en 2026

La necesidad de ahorrar en la factura energética es uno de los grandes motivos para que un particular o una comunidad de vecinos se decida. «Aún es muy pronto, pero seguro que el número de obras terminará subiendo, ya que, para conseguir cualquier ayuda de otro tipo, tienes que rehabilitar el edificio energéticamente», expresa Rebollo. Para el COAATT, este año ya deberían empezar a concretarse obras y, en 2024, la tendencia tendría que ir aún más al alza. Tras un año de la apertura de la convocatoria europea, en las comarcas de Tarragona, tan solo se han iniciado 23 trámites de los 105 comenzados en el conjunto de Catalunya.

Los expertos opinan que se ha empezado tarde con los Next Generation, que llegaron la pasada primavera, cuando deberían haberlo hecho en verano. «No quiero discutir ni la documentación que debe aportarse ni la manera, pero nos estamos encontrando con muchos problemas para acceder a las subvenciones», explican desde el Col·legi. Los documentos a aportar, la forma de pago... son varios los obstáculos que deben superarse. La cantidad de las ayudas oscila entre el 30% y el 80% del gasto, siempre que la reforma conlleve un aumento de la eficiencia energética. «En edificios, las inversiones son muy importantes, por eso hay muchas comunidades que no se animan, además de que hay que adelantar parte del dinero», relata Rebollo.

«Pueden pasar de nueve a doce meses para que te den una licencia, falta mucho personal», Héctor Simón, director de la Càtedra UNESCO d’Habitatge de la URV

Además, el hecho de poner de acuerdo a todos los vecinos también puede demorar el proceso. Pedir presupuestos, discutirlos, aprobarlos, la redacción del proyecto de las obras, tener preparada la documentación, iniciar el trámite de solicitud... todo puede alargarse hasta un año y medio. Hasta que se aprueba la solicitud, pueden pasar dos o tres meses. Y, después, la obra tiene que estar lista en un período de dieciocho meses. Los unifamiliares y los bloques de cuatro o cinco pisos suelen ir más rápido, pero, para Rebollo, «un bloque de cuarenta o cincuenta es el colmo de la dificultad, aunque depende mucho de la comunidad».

El director de la Càtedra UNESCO d’Habitatge de la URV, Héctor Simón, pone de manifiesto la lentitud, además, de las licencias de obra: «Pueden pasar de nueve a doce meses para que te la den, falta mucho personal y es un condicionante muy importante, ya que, en esos meses, el presupuesto puede variar». Según el reglamento de obras, actividades y servicios de los entes locales, las licencias de obras deben otorgarse o denegarse en un plazo de dos meses.

«Existen diferentes medidas para impulsar la rehabilitación, como la Ley 10/2022, de 14 de junio», explica Sosa. Dicha norma incluye medidas de tipo fiscal como deducciones en la declaración de la renta. Además, facilita los trámites y los acuerdos por mayoría simple en el régimen de las comunidades.

«El principal problema es que la gente se anime, es difícil poner de acuerdo a las comunidades», Enrique Virgós, Rehabilitacions Cal·lípolis

«Pero, al tener que abonar alguna cantidad de dinero por adelantado para acceder a la subvención, algunas comunidades desisten porque no todas tienen músculo suficiente, ya que también debe tenerse en cuenta la morosidad derivada de la crisis», explica Simón. «Esto puede llevar a que las comunidades más ricas sean realmente las beneficiadas por las ayudas», añade.

La obra nueva, estable

Así como las renovaciones, el número de viviendas nuevas que se han iniciado en la demarcación también ha ido creciendo progresivamente, experimentando un pico antes de la pandemia, con 1.393 nuevas obras. En 2022, se iniciaron 1.276 viviendas, un crecimiento de un 20,6% en comparación con el año 2021. El presupuesto fue de 166.910.455 euros.

No obstante, si se compara por trimestres, 2023 apunta a una bajada considerable. En los primeros tres meses, se han comenzado 182 viviendas, un 35% menos que en el mismo período de 2022, cuando se iniciaron 281. De hecho, el primer trimestre de 2023 es el peor desde 2017. Sin embargo, desde el COAATT, Rebollo explica que no se esperan variaciones a final de año: «La previsión de casas construidas en las comarcas de Tarragona en 2023 es similar a la de 2022».

La crisis económica derivada del estallido de la burbuja hizo que las rehabilitaciones subieran: «En 2008, había un crecimiento de obra nueva por encima de las posibilidades; cuando este cayó, la rehabilitación empezó a aflorar», confirma Rebollo. Y es que el parque de viviendas tarraconense es muy antiguo. Según el COAATT, más del 90% se construyó antes de los años ochenta, con una regulación y materiales muy distante de los estándares que hoy se consideran imprescindibles: «La estrategia de muchas administraciones está siendo la renovación, mientras que antes se apostaba mucho por la compra», revela Rebollo.

Como en casi todos los aspectos en los que hay subvenciones presentes, los baches burocráticos se han convertido en elementos disuasivos. Especialmente en las comunidades de vecinos. Sumado a lo difícil que es que haya consenso, los calendarios interminables y las dificultades para elaborar la solicitud dejan muchas rehabilitaciones en el tintero.

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