«Se complica el tráfico en las vías que llevan hacia la costa, por ejemplo en la demarcación de Tarragona. Tráfico intenso en general en la N-340 con paradas de tres kilómetros en El Vendrell, sentido sur», avisaba este fin de semana Trànsit, con retenciones habituales en puntos del Baix Penedès como El Vendrell, Cunit o L’Arboç. Otro dato publicado por Trànsit: entre las 15.00 horas del viernes y las del sábado, salieron del área metropolitana de Barcelona 415.000 vehículos. Es un descenso del 10,8% respecto al mismo momento del año pasado, pero un retroceso ligerísimo, solo del 0,25%, en relación al fin de semana anterior. Todo ello, en mitad de las restricciones en aumento por los rebrotes y con el corazón en un puño por una movilidad que no se reduce y que, según los expertos, puede ser un factor para que haya más contagios.
Muy poca incidencia
En la misma línea se comportan los datos de conductores durante este fin de semana en la utilización de la AP-7, otra vía clave en la provincia para calibrar cómo están siendo estos movimientos vacacionales. En el peaje de Vila-seca de la autopista el tráfico descendió un 6,48% respecto a la semana pasada en sentido sur y subió un 1,71% en dirección norte. En el peaje de Martorell hubo reducciones, pero igualmente mínimas y anecdóticas, de entre el 1 y el 2%, en la operación salida del fin de semana, según las cifras de Trànsit entre el viernes y el sábado de este fin de semana, en comparación con el anterior.
Los datos diarios que ofrece, a través de Tecnología Big Data, el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana muestran que en Tarragona la movilidad ya se ha recuperado totalmente respecto al estado de alarma.
Es a partir de Sant Joan cuando las entradas a la provincia de Tarragona empiezan a dispararse, sobre todo en los fines de semana. En los viernes de este mes de julio, las entradas a la provincia crecen entre un 60 y un 70% respecto a un periodo normal. De hecho, los viernes del mes de junio, cuando todavía no se había entrado de pleno en la nueva normalidad, aún estaban por debajo del periodo de referencia que sirve para establecer la comparativa, lo que indica que el tráfico no se había restablecido después de la desescalada, algo que sí ha sucedido en las últimas semanas.
Lo mismo sucede con las salidas, donde se percibe el impacto de la segunda residencia y la vuelta a casa. En los domingos de este mes, el movimiento de salidas desde la provincia hacia fuera se disparó un 90%, algo normal en época estival, pero que muestra ese riesgo latente de que tanto desplazamiento incida en que el virus se expanda. También en las salidas de la provincia hacia otras se nota que el punto de inflexión fue mediados de junio mientras que a estas alturas, a las puertas de agosto, la movilidad no se resiente de las últimas restricciones aplicadas por los rebrotes, sobre todo en Barcelona.
Movilidad en ascenso
«A nivel nacional, en lo que se refiere a la movilidad tanto intraprovincial como interprovincial, se ha alcanzado en el mes de julio un nivel medio de movilidad del 92% de un día laborable normal y de un 99% de un día festivo normal, frente a valores del 76% y del 64%, respectivamente, que se registraron tres semanas antes, en las que el país estaba todavía en estado de alarma», explican desde el Ministerio.
Otra herramienta ha sido la difundida por la compañía City Analytics, que permite ver el movimiento de la población gracias a la recopilación de datos agregados totalmente anónimos y que se ha adaptado a la situación actual para analizar la movilidad, lanzada en coordinación con Enel X y HERE Technologies.
La aplicación constata la evolución ascendente de la movilidad en Catalunya en las últimas semanas. Esta plataforma también refleja un incremento ligero del movimiento de tráfico en Tarragona. Sin ir más lejos, este mismo sábado hubo un 2% más de movilidad respecto a la semana pasada: un 9% más respecto al periodo de referencia tomado para comparar, que abarca del 13 de enero al 1 de marzo, y un incremento espectacular y comprensible del 160% respecto al periodo de confinamiento.
También permite ver la procedencia de aquellas personas que entran a la demarcación. Un ejemplo: este sábado, el 58% procedían de Barcelona, un lugar sujeto a las restricciones de movimiento, no en clave de obligación sino de recomendación; el 28% de las llegadas eran de Castellón, otra provincia limítrofe, y el 12% de Lleida, zona también marcada por las medidas estrictas para intentar paliar una de las situaciones sanitarias más complicadas de España en torno a la Covid-19.
Bien es verdad que el Govern de la Generalitat no ha prohibido las salidas a segundas residencias, pero sí ha recomendado limitarlas. Aunque se considera que es mejor recortar la actividad, el director de la unidad de seguimiento de la Covid-19 de la Generalitat, Jacobo Mendiroz, reconoció el volumen importante de salidas desde el área metropolitana hacia la costa y matizó: «No es un riesgo en sí mismo si quien se va está con la familia y hace una vida familiar». En cualquier caso, Mendioroz ha añadido que toda salida fuera del municipio «tiene más riesgo que quedarse en casa» pero atribuye a una parte de la población que se comporta «de manera irresponsable pero no lo hace todo el mundo».
En lo que concierne a los flujos salientes, la dinámica es muy parecida, ya que también las zonas cercanas a Tarragona son las que registran más tráfico: Barcelona, Castellón y Lleida vuelven a ser los destinos más habituales. Por lo tanto, ante la bajada pronunciadísima de los alojamientos turísticos, y dada que la movilidad se mantiene, parece ser que la segunda residencia está siendo el recurso de muchos para irse de vacaciones en busca de un destino de proximidad.
La dinámica se percibe, puntualmente, en los fines de semana, sobre todo en las carreteras del Baix Penedès y del Tarragonès, que registran congestiones durante algunos tramos del día, según mantiene Trànsit.
Todo ello, en suma, constituye para los expertos un riesgo que hay que minimizar, en ese dilema recurrente entre permitir el turismo, ni que sea de cercanía, y evitar desplazamientos para contener la epidemia. Àlex Arenas, profesor del Departament de Enginyeria Informàtica i Matemàtiques de la URV, catedrático, experto en redes complejas y miembro del grupo de investigación Alephsys (Algorithms Embedded in Physical Systems), sigue alertando con la situación de Barcelona: «Microconfinamientos y restricción de movilidad perimetral. Sin no, será imposible parar. Necesitamos reducir la movilidad ya».