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La Boella sigue revelando tesoros prehistóricos

Más restos. La campaña de excavación de este año, ya finalizada,
ha permitido a los científicos encontrar fósiles de distintas especies
y más herramientas de piedra y sílex, que serán estudiadas

28 septiembre 2024 20:46 | Actualizado a 29 septiembre 2024 07:00
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El viernes finalizaba la decimoctava campaña de excavación en el Barranc de la Boella. El yacimiento canonjino ha revelado durante esta temporada una nueva cantidad de huesos de animales y herramientas: el diente de un rinoceronte, un fragmento de pelvis de un mamut roído por una hiena, herramientas de sílex e incluso un gran colmillo de hipopótamo cuyo tamaño dobla al de uno actual.

El Barranc de la Boella lleva siendo un emplazamiento con numerosos hallazgos en el ámbito arqueológico y paleontológico desde 2007, momento en el que se desenterraron restos de un mamut y de otros animales, que permitieron seguir conociendo la zona.

Sus verdaderos inicios se remontan a principios del siglo XX, momento en el que se descubrió el yacimiento. Sin embargo, no fue hasta 1970 cuando se realizaron los primeros trabajos de excavación de la mano del arqueólogo Salvador Vilaseca. Gracias a estas primeras excavaciones, se encontraron restos de elefantes, rinocerontes y otros animales, además de herramientas de piedra.

Según comenta Palmira Saladié, arqueóloga e investigadora del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (IPHES), el elemento más representativo del barranco son precisamente estas herramientas de piedra: «La colección que poseemos es singular y única en el mundo, sobre todo en Europa y en esta cronología. Además, nos está aportando mucha información sobre las primeras dispersiones humanas fuera de África y, en este caso, hacia el continente Eurasiático».

Según la arqueóloga, dicha información es «única del Barranc de la Boella». Esto hace que el lugar sea reconocido en distintos ámbitos.

18 años de excavaciones

Tras el descubrimiento de las defensas de un mamut en 2006 y su posterior excavación en 2007, los arqueólogos y científicos llevan excavando de forma anual en el yacimiento del barranc, concretamente en las bautizadas Cala 1 y La Mina, dos áreas en las que se han descubierto todo tipo de restos animales y humanos de distintas especies.

La última campaña de excavación, que ya ha finalizado, se ha llevado a cabo en ambas zonas, las cuales, según Saladié, son las más ricas en fósiles.

«A nivel paleontológico, el barranc es muy importante porque nos permite hacer las reconstrucciones para saber qué ambiente había, qué animales vivían, qué especies humanas habitaban en la zona de La Canonja y conocer la verdadera importancia del delta del río Francolí que los abastecía de agua y alimentos», añadía la investigadora.

La restauración, una etapa larga

Todos los restos que se han encontrado siguen un protocolo específico para ser extraídos, así como un largo proceso de restauración, que obliga a los científicos a alargar numerosas veces el posterior estudio e identificación de estos.

«Queremos que esto se destaque para que la gente lo entienda. Normalmente, el proceso de restauración suele ser largo y lento. Los resultados no son inmediatos. De hecho, por este motivo a veces resulta complicado hacer el balance general de la campaña», argumenta Palmira Saladié.

Además, debido a la fragilidad de los huesos encontrados, a la hora de desenterrarlos se debe ir con mucho cuidado y seguir un proceso que requiere mucha delicadeza: «Primero tenemos que esperar a que la tierra que envuelve al fósil se seque un poco para que no haya un cambio o contraste muy brusco. Posteriormente, se tienen que consolidar, debemos tratarlos con un pegamento especial que contiene acetona y los endurece».

Una vez hecho esto, sin hacer agujeros, se levanta el hueso y se referencia: «Cada uno de ellos posee una etiqueta con un nombre que los individualiza del resto de hallazgos. En el caso de las herramientas de piedra, no hace falta tratarlas de esta forma, ya que se mantienen de una forma extraordinaria», cuenta la arqueóloga.

El Espai Mammuthus, en enero

La Canonja lleva unos años esperando la apertura de este nuevo museo, bautizado con el nombre Espai Mammuthus y que contendrá numerosos restos encontrados en la Boella. Según menciona Saladié, se espera inaugurarlo en enero del próximo año: «Por ahora se está licitando la fase de ejecución y se espera que su inauguración sea en enero. Estamos muy ilusionados porque es un espacio pensado para todos los públicos, para que cada uno pueda acceder al conocimiento que quiera según sus inquietudes o nivel.

Todo esto, comenta la arqueóloga, mientras los visitantes «disfrutan de la exposición de todos los materiales originales encontrados en el Barranc de la Boella».

Uno de los factores a tener en cuenta para la conservación de los fósiles es la lluvia. A pesar de lo que cabría esperar, las fuertes rachas de agua que cayeron en la provincia hace unos días no han supuesto ningún contratiempo para los científicos, según comenta la arqueóloga: «Hemos trabajado mucho para mantener protegidas las dos zonas en las que estamos excavando. Hicimos unos tejados y muros gracias al Ayuntamiento de La Canonja, que evitan que el agua entre, aunque es cierto que cuando hay fuertes riadas no podemos venir a excavar porque supone un gran riesgo para la vida de la gente que está trabajando».

«Es muy importante para la seguridad de todos, ya que contamos con muchos trabajadores de distintas partes del mundo, como de Sudamérica u otros lugares», comenta Saladié

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