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El nuevo barrio de Tarragona empieza a coger forma

Las obras de la Ciutat Esportiva y de la clínica Viamed dejan entrever cómo será el entorno del PP10, un espacio en el que a finales de 2024 se espera que se inicien los primeros pisos

17 diciembre 2023 11:56 | Actualizado a 17 diciembre 2023 13:00
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El futuro barrio del PP10 empieza a asomar la cabeza. De momento, todavía sin bloques de viviendas ni la gran superficie comercial, que en cierto modo motivó la urbanización del espacio. Sin embargo, cada vez son más los vecinos de las calles limítrofes que están extendiendo su paseo diario hacia las desérticas avenidas, que cada vez son menos yermas.

Las obras del nuevo hospital Viamed Salut avanzan a buen ritmo y ya se está levantando la segunda planta del futuro centro, que ocupará una superficie de 15.000 metros cuadrados. A escasos metros, en cuestión de semanas se ha producido un cambio significativo, con la construcción de la futura Ciutat Esportiva del Nàstic, cuyas obras están en la recta final.

Los dos campos están acabados y se han iniciado las pruebas sobre el césped de las nuevas instalaciones, que ya cuentan con las estructuras de gradas. En paralelo, se está avanzando con la construcción de la zona de vestuarios y el futuro bar. Y es que, ahora mismo, la intención es poder inaugurar durante la semana que viene o, en todo caso, antes de fin de año.

El alcalde de Tarragona, Rubén Viñuales, se muestra convencido de que el nuevo barrio que cohesionará Campclar con Bonavista «supondrá un cambio de paradigma». Este argumenta que «seguramente será la primera vez en la que mucha gente del centro querrá ir a vivir a la zona de Ponent».

La proximidad con la zona de equipamientos deportivos del Anillo Mediterráneo, junto con unas conexiones inmejorables son dos de los puntos fuertes de un barrio que es la primera nueva zona de crecimiento de la ciudad en casi treinta años. De hecho, este es el único plan parcial del POUM de 2013 que está en obras y que pudo salvarse con las normas subsidiarias urbanísticas, ya que cuando se produjo la caída del plan general acababan de comenzar los trabajos de urbanización.

El Ayuntamiento defiende que pueda haber un hotel o una residencia

El último plan parcial de similares características que se inició en Tarragona es la Vall de l’Arrabassada. «El proyecto de reparcelación se aprobó el 20 de abril de 1991, aunque el inicio de las obras aún costó bastante», indica el constructor José Luis García. Este asegura que son dos proyectos con similitudes, ya que en ambos casos se han impulsado por cooperación, lo que significa que es el Ayuntamiento el que se ha puesto a la cabeza.

Más adelante ha venido el desarrollo del entorno de Joan XXIII, el crecimiento de Sant Pere i Sant Pau con la Avinguda de Catalunya y la expansión de la zona de Tabacalera. Pese a ello, cuando estaba empezando a agotarse el suelo disponible –a falta de rellenar los huecos– este entorno ofrece nuevas oportunidades de crecimiento, a la espera de que acabe la tramitación de sectores como el que se construirá alrededor del Nou Estadi (PMU-34) o del Col·legi Sant Pau (PMU-14).

En este caso, las negociaciones con la firma sueca Ikea hicieron que se aceleraran los calendarios. Un ‘esfuerzo’ que no consiguió retener a la multinacional, que finalmente se alejó de Tarragona.

Un 2024 de obras

En su lugar Ten Brinke todavía no ha dado los detalles sobre las características de el proyecto que quiere llevar a Tarragona. La idea es que siga el modelo de Mirasierra Gallery, con servicios médicos, de restauración e incluso la posibilidad de un gimnasio o una clínica veterinaria.

Los responsables del proyecto aseguraban hace unos meses que ya tienen la licencia y que el año que viene quieren estar en obras. «La relación es fluida y se está trabajando para que sea una realidad cuanto antes», decía Viñuales. Según el alcalde la compañía «tiene varias opciones», ya que «se está estudiando si un gran centro o varios de tamaño medio».

Esta parcela ocupa una superficie de 37.121 metros cuadrados, lo que representa aproximadamente el 20% del espacio total del nuevo barrio.

El año que viene también está previsto que se inicie la construcción de los primeros bloques de viviendas. Esta parte se activará a partir de la promoción de 192 pisos de alquiler asequible en los terrenos propiedad del Ayuntamiento, a través de Smhausa. Al respecto, la administración local consiguió una ayuda de 6,9 millones de euros de los fondos Next Generation. Asimismo, cuenta con el apoyo de las fundaciones Salas y Nou Lloc para poder realizar una inversión que prácticamente alcanza los 30 millones de euros.

Esta actuación debe permitir que a inicios de 2026 entren los primeros vecinos al nuevo barrio. En paralelo, se espera que esto sirva para animar a los propietarios privados para que también empiecen a construir. «Todos están esperando que se den los primeros pasos para que la iniciativa privada se ponga en marcha», certifica el concejal de Urbanisme, Nacho García. En total podrán construirse 1.211 viviendas.

Atrás ha quedado el antiguo barrio de La Esperanza con los problemas de la droga y la delincuencia a partir de los 80. «Aquello ya es historia. Ahora será una zona que dará vida y calidad a los barrios de Ponent», defiende el presidente de la Federació d’Associacions de Veïns de Tarragona (FAVT), Alfonso López.

Durante muchos años fue una zona con malas hierbas y vertederos ilegales. «Quedará una zona atractiva que permitirá unir totalmente los barrios de Ponent», argumenta.

El Anillo Mediterráneo ejercerá de dinamizador de todo este entorno. A día de hoy estas instalaciones ya registran un promedio de 2.000 deportistas diarios, cifra a la que pronto habrá que sumar los cerca de 500 niños de fútbol base que entrenan con el Nàstic.

Según el alcalde, «para cerrar el círculo» falta un equipamiento hotelero o una residencia deportiva. «Estaría muy bien porque para muchas competiciones te piden que la residencia no esté a más de un kilometro de distancia del sitio de entreno y ahora nos falta», argumenta Viñuales.

¿Y el nombre?

Primero fue el barrio de Ikea y más tarde el de Ten Brinke o el del PP10. De hecho, ahora según las normas urbanísticas debería decirse Polígono de Actuación 111. Y es que, cómo se conocerá en un futuro no se sabe. Al respecto, Viñuales dice que «reconozco que no sé cómo funciona». Abre la puerta a «preguntar a los residentes», una opción que defienden los vecinos. «Podría hacerse un proceso participativo», dice López.

Tan solo ha trascendido que la avenida principal lleva el nombre del exalcalde Josep Maria Recasens, la primera persona que defendió que los equipamientos deportivos se instalaran a esta parte de la ciudad. Con todo, el alcalde Viñuales defiende que el nuevo barrio debe permitir «dignificar de una vez por todas los barrios de Ponent y que permita que puede vivirse tan bien en esta zona como en Llevant».

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