Protecció Civil de la Generalitat mantiene hoy la alerta del plan PROCICAT por fuerte oleaje en todo el litoral durante toda la jornada y también deja activado el aviso por previsión de rachas fuertes de viento en varias comarcas.
Según las previsiones del Servei Meteorològic de Catalunya, el oleaje se reactivará especialmente partir del mediodía, y hacia la tarde-noche será cuando las olas podrán superar con más probabilidad los 2,5 metros de altura en casi a todo el litoral catalán y especialmente en el litoral central, sur de la Costa Brava (la Selva y Baix Empordà) y en el Montsià. Habrá notable mar de fondo de componente sur.
De madrugada el oleaje se mantendrá, y la afectación se prevé que acabe el mediodía de domingo.
En Tarragona el temporal de mar ha obligado a cortar el acceso a la Platja Llarga ya que el agua del mar ha consumido por completo la arena hasta llegar a la altura del paseo. Este problema se ha dado ya durante los últimos días en Altafulla, donde el paseo ha quedado considerablemente dañado debido al temporal.
Según las previsiones, el territorio tarraconense se mantendrá en alerta naranja y amarilla durante la tarde del sábado y la mañana del domingo.
Incidencias del episodio
Hasta las 20.00 horas, a causa del viento se han recibido 969 llamadas al teléfono de emergencias 112. El 42,9% de estas se han hecho desde el Barcelonès; el 19,6% desde el Vallès Occidental y el 10,9% desde el Baix Llobregat. La mayor parte de las llamadas han sido por elementos caídos a la vía pública (alumbrado de navidad, ramas y árboles).
Desde las 17 horas, los Bombers de la Generalitat han recibido 31 avisos relacionados con el episodio de viento: 1 en la Región de Emergencias Centro, 1 más en la Región de Emergencias de Girona, 8 en la Región de Emergencias Metropolitana Norte, 7 en la Región de Emergencias Metropolitana Sur, 13 en la Región de Emergencias de Tarragona y 1 en la Región de Emergencias de Terres de l’Ebre.
En total, desde el inicio de las rachas de viento el cuerpo ha recibido 576 avisos relacionados, en su mayoría, por árboles y ramas caídos que, en algunas ocasiones, han dañado coches o tendidos de cables eléctricos y telefónicos.