El anuncio de este domingo del Arquebisbat de Tarragona supone un punto de inflexión en el proceso que la Iglesia tarraconense empezó hace una década, bajo el liderazgo de Jaume Pujol. En una entrevista en el programa Signes dels Temps de TV3 del 20 de octubre del 2013, el arzobispo pidió perdón «por los errores del pasado» y anunció que «los obispos de Catalunya estudiarán un pronunciamiento sobre el papel de la Iglesia durante el franquismo».
En esa conversación con la televisión pública de Catalunya, que llegaba dos años después de las beatificaciones de más de 500 víctimas de la Iglesia durante la guerra civil, Pujol detalló que «ahora es el momento de realizar un estudio histórico, que todavía no se ha hecho», y reivindicó las «aportaciones» que hizo la Iglesia de Catalunya en el tiempo del franquismo: «Hemos conservado la lengua, hemos hecho muchísimas cosas. Gracias a la Iglesia, la cultura catalana ha sobrevivido en época de represión. Me gustaría que se estudiara a fondo», resaltó.
El Abat, Sistach y Xammar
El paso dado por Pujol tuvo un efecto dominó entre los representantes eclesiásticos catalanes. Pocos días después fue el entonces Abat de Montserrat, Josep Maria Soler, quien tomó la palabra. «Hay que continuar reflexionando sobre ese periodo de nuestra historia para analizar todos los hechos, pero quizás sí que hace falta un pronunciamiento más explícito», afirmó Soler, quien detalló que «no solo no queremos acusar a quienes mataron a religiosos durante la guerra civil, sino que ya les hemos perdonado».
La tercera pata de las reacciones de octubre de 2013 la protagonizó el en ese momento cardenal arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach. «De los errores que los miembros de la Iglesia hayamos podido cometer en un pasado más o menos lejano, los obispos humildemente pedimos perdón», dijo en un encuentro con los medios, a la vez que recalcó que «para pedir perdón por hechos concretos se debe hacer un estudio histórico».
Dos años después se dio un nuevo avance, cuando mosén Francesc Xammar participó en el acto de homenaje a las víctimas del franquismo, que en esa ocasión sirvio de antesala en el congreso sobre ‘Iglesia y Franquismo’ que se celebró en la Universidad Rovira i Virgili (URV) esa semana. Xammar se mostró contundente y enfatizó que el congreso tenía como claros objetivos «la claridad histórica, la justicia y la reconciliación».
Ahora toca el cómo y el cuándo
Ahora, coincidiendo de nuevo con el acto del 14 de abril, el perdón vuelve a estar sobre la mesa una década después, tras las sólidas palabras expresadas este domingo por parte del número ‘2’ del Arquebisbe Joan Planellas, Joan Àguila.
Respecto a la buena voluntad anunciada en el ya lejano 2013, el mensaje de ayer del vicario general supone un punto de inflexión, especialmente al abrir la puerta a facilitar el acceso a los archivos del Arquebisbat para identificar a las víctimas por parte de los familiares, así como por la posible apertura de las fosas comunes.
Con el qué ya claro, ahora la poesía deberá dejar paso a la prosa que supondrá el cómo y el cuándo. Y es que tras la expectativa por la esperada restitución llegará más pronto que tarde la necesidad por concretar avances. De lo contrario, puede existir el riesgo de que el histórico gran paso dado ayer pueda quedarse en un simple paso en falso.