La Cambra de Comerç de Reus acogió un nuevo acto del Any Amorós. En esta ocasión, la conferencia, a cargo de la periodista Isabel Martínez, exploró Les Amèriques y otros comercios textiles locales vinculados a la figura del escritor y poeta.
¿Cómo se decidió a hacer esta conferencia?
Fue una propuesta de la Cambra de Comerç, en concreto de Josep Baiges. Me comentaron la posibilidad de trabajar el tema; consulté el fondo Amorós del Arxiu para saber qué documentación había y se realizó el encargo formalmente con la idea de hacer un acto público. También se sumó el Centre d’Amics de Reus a este segundo acto de los que organiza la Cambra, por la vinculación de Xavier Amorós como miembro del plenario durante 25 años en representación del comercio local.
¿Por qué fue tan importante Les Amèriques para la ciudad?
Formaba parte de un ecosistema y una tradición comercial que había en Reus y, al sumarse Amorós a esta iniciativa empresarial -para la que en principio no estaba destinado-, no solo fue su trayectoria, sino también por su forma de ser. Más allá del beneficio económico, Les Amèriques fue un emblema de una manera de vender y de relacionarse con el cliente. Amorós era una persona con muchas facetas -se le destaca como escritor, evidentemente, presidente del Centre de Lectura, su faceta política, también fue maestro...-, pero del ámbito comercial no se había hablado hasta ahora. Aunque él estuviese destinado a otros intereses, por la situación de la posguerra y la muerte de su padre, se adaptó al negocio y además le dio una marca personal.
«El Barato es parte de ese legado y es comercio en vivo, puede seguir haciendo historia; y nos permite hacernos una idea de cómo fueron»
El negocio se retroalimentaba de su vínculo con la gente.
Él decía que Reus era un hormiguero de personas, que venían de los pueblos de alrededor, atraídas por la actividad económica, no solo para obtener un beneficio, sino para incorporarse e integrarse en la ciudad. Fue en su momento un factor de cohesión, de conocimiento, de establecer vínculos.
¿Qué otros comercios marcaron esa época?
No he hecho un listado completo porque son muchos años y podríamos encontrar negocios desde el siglo XIX hasta los años 80, pero encontré unos datos concretos entre 1950 y 1960, en la contribución industrial y comercial, que determinan que legalmente había una quincena: dos eran al por mayor, Cal Navàs y Les Amèriques, y la mayoría de venta al detalle, como Cal Marquet, La Maravilla y L’Argentina, que también fueron muy conocidas y cabe destacarlas por la memoria que han dejado.
¿El Barato es su legado actual?
Las que ya han desaparecido son las corren más riesgo de perderse su memoria y su historia. El Barato es parte de ese legado y es comercio en vivo, todavía puede seguir haciendo historia. Tiene continuidad generacional garantizada y nos permite hacernos una idea de cómo fueron las tiendas en aquella época. Cal Navàs sería la última que aguantó, porque, además, contó con la propiedad de diferentes sociedades.
«El negocio de Les Amèriques fue, en su momento, un factor de cohesión, de conocimiento, de establecer vínculos»
¿Es posible imaginar un Reus sin su historia comercial?
Sería ficcionar la historia. Sabemos que toda esa gente que venía a servir o trabajar en Reus, e incluso los herederos, venían por su capacidad de atracción. Tenía ese dinamismo comercial e industrial en el que podían trabajar su prosperidad y mejorar su economía. Muchas personas pudieron ganarse la vida, de forma más o menos digna, en un contexto difícil.
¿Qué determinó ese esplendor del mundo textil?
En un momento determinado hubo un gran impulso, el negocio se trasladó a donde podía obtener mayores beneficios y, por causas históricas, Reus fue un referente en el sector textil. Por ello, reflexionar sobre Les Amèriques es reflexionar sobre una forma de comercializar muy distinta y, al mismo tiempo, sobre el entorno que se generó a su alrededor. A pesar de los problemas que supuso el inicio del prêt-à-porter en los años 60 y 70, Xavier Amorós ayudó a las modistas, sastres y colectivos vinculados al textil de Reus. Estaba muy implicado social y cívicamente y no se limitó solo a hacer a vender y atender a la gente; intentó reiventarse y consiguió crear esa red.