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El Consell Comarcal reactivará cinco Agrupacions de Defensa Forestal que están inactivas

Hay 15 en la comarca y un ente coordinador impulsa la actualización de carnés formativos para que los voluntarios puedan reactivar sus funciones de apoyo a bomberos más rápido

08 mayo 2022 17:57 | Actualizado a 09 mayo 2022 16:05
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La comarca del Baix Camp cuenta con 15 Agrupacions de Defensa Forestal (ADF) y, de estas, solo «cinco están activas», indica el coordinador de las ADF del Baix Camp y también miembro de la de Les Borges del Camp, José León. Reactivarlas es un objetivo que persigue el Consell Comarcal del Baix Camp con la presidenta, Rosa M. Abelló, al frente.

«Estas agrupaciones existen desde 1986. En la Catalunya central tuvieron un gran impulso, pero con el tiempo fueron a menos y estas estructuras de voluntarios fueron durmiéndose, esto es lo que queremos cambiar. Estas personas son actores importantes que ayudan a evitar incendios, y más en una comarca con tanta masa forestal. Ahora que se acercan los meses de verano, es aún más valioso, pero no únicamente entonces, estas también se activan cuando hay nevadas y temporal de lluvias», comenta Abelló.

Recuerda que desde la administración comarcal han llevado a cabo encuentros entre diferentes ADF y han asistido profesionales del ámbito de la prevención, como agentes forestales, «para impulsar su reactivación, establecer una coordinación y una formación efectivas».

La comarca del Baix Camp cuenta con 15 Agrupacions de Defensa Forestal (ADF) y, de estas, solo «cinco están activas», indica el coordinador de las ADF del Baix Camp y también miembro de la de Les Borges del Camp, José León. Reactivarlas es un objetivo que persigue el Consell Comarcal del Baix Camp con la presidenta, Rosa M. Abelló, al frente.

«Estas agrupaciones existen desde 1986. En la Catalunya central tuvieron un gran impulso, pero con el tiempo fueron a menos y estas estructuras de voluntarios fueron durmiéndose, esto es lo que queremos cambiar. Estas personas son actores importantes que ayudan a evitar incendios, y más en una comarca con tanta masa forestal. Ahora que se acercan los meses de verano, es aún más valioso, pero no únicamente entonces, estas también se activan cuando hay nevadas y temporal de lluvias», comenta Abelló.

Recuerda que desde la administración comarcal han llevado a cabo encuentros entre diferentes ADF y han asistido profesionales del ámbito de la prevención, como agentes forestales, «para impulsar su reactivación, establecer una coordinación y una formación efectivas».

Indica que desde el Consell tienen que hacer de «puente entre la Generalitat y la Diputació de Tarragona en cuestión de ayudas». «Se está trabajando mucho en prevención, se está haciendo inventario de los recursos logísticos que tienen las ADF y estamos promoviendo que se conozcan entre ellas», manifiesta. León cuenta que «algunas ya están en proceso de volver a funcionar, en muchos casos solamente se trata de papeleo», en otras de captar a más personas voluntarias y formarlas.

Tanto Abelló como León destacan como fundamental poner en común necesidades y mantener una buena coordinación entre las ADF, sobre todo una vez detectado cualquier problema forestal y actuar rápido. «El problema principal que nos encontramos en una ADF es que, al pertenecer a un municipio pequeño, faltan recursos, por ejemplo, para vehículos. Por ello, fomentamos la compartición de recursos entre las ADF; si actuamos unidos, es todo más fácil. La Generalitat ofrece subvenciones, pero optar a ellas habitualmente es complicado», añade León.

El perfil de quien está en una ADF suele ser gente del municipio, «de unos 30 años y que realiza actividades al aire libre»; tienen un carné verde o amarillo que «indica su preparación y nivel formativo» para ejercer como tal: «Con el verde, cuentan con un nivel de asesoramiento y formación, controlan columnas de humo, hacen vigilancia forestal y desbrozan; con el amarillo, han hecho formación con Bombers e intervienen como apoyo en la extinción de incendios».

León manifiesta que lo más habitual es que se tenga el carné verde y que, con el tiempo, el hecho de ser voluntario ha acabado estando más regulado, «con una junta que decide si estás capacitado o no para ello», profundiza. «Estamos ligados a un seguro y hay muchos carnés amarillos caducados, hay que volver a activarlos para ejercer de voluntario», remarca.

Una de las miembros de la ADF de Arbolí, Magda Seriol, comenta, por su parte, que «esta tarea la hacemos en nuestro tiempo libre, porque nos preocupa el estado de nuestras tierras». «Antes la llevaban a cabo los payeses que velaban por sus intereses, pero al hacerse estos mayores la figura estaba desapareciendo; teníamos que activarnos los habitantes del municipio para dar vida a estas agrupaciones», expresa. En la de Arbolí, cifra, hay una decena de personas.

«La ADF de Arbolí estuvo bastante parada el año pasado, aunque ya íbamos desbrozando caminos. Ahora se está reactivando y estamos pendientes de renovar nuestros carnés, mayoritariamente, amarillos y renovaremos la junta; agradezco la predisposición del presidente de la agrupación, Jordi Juncosa, por querer reactivarla», detalla.

Ganar visibilidad

Seriol manifiesta que con el tiempo los voluntarios de las ADF «ganan visibilidad y que en las agrupaciones suelen haber perfiles muy preparados, como bomberos», aunque que siguen faltando gente en los bosques: «No hay suficientes agentes rurales, faltan recursos humanos y las ayudas de la Generalitat para formar gente no son suficientes».

Aporta que ADF y Ayuntamiento tienen que estar «en comunicación permanente» y que las personas que «vean columnas de humo o cualquier incidencia, se pongan en contacto y colaboren con los voluntarios, ya que es cosa de todos cuidar del territorio», asegura.

Se están inventariando recursos logísticas de las agrupaciones para obtener un mayor control y organización

Indica que desde el Consell tienen que hacer de «puente entre la Generalitat y la Diputació de Tarragona en cuestión de ayudas». «Se está trabajando mucho en prevención, se está haciendo inventario de los recursos logísticos que tienen las ADF y estamos promoviendo que se conozcan entre ellas», manifiesta. León cuenta que «algunas ya están en proceso de volver a funcionar, en muchos casos solamente se trata de papeleo», en otras de captar a más personas voluntarias y formarlas.

Tanto Abelló como León destacan como fundamental poner en común necesidades y mantener una buena coordinación entre las ADF, sobre todo una vez detectado cualquier problema forestal y actuar rápido. «El problema principal que nos encontramos en una ADF es que, al pertenecer a un municipio pequeño, faltan recursos, por ejemplo, para vehículos. Por ello, fomentamos la compartición de recursos entre las ADF; si actuamos unidos, es todo más fácil. La Generalitat ofrece subvenciones, pero optar a ellas habitualmente es complicado», añade León.

El perfil de quien está en una ADF suele ser gente del municipio, «de unos 30 años y que realiza actividades al aire libre»; tienen un carné verde o amarillo que «indica su preparación y nivel formativo» para ejercer como tal: «Con el verde, cuentan con un nivel de asesoramiento y formación, controlan columnas de humo, hacen vigilancia forestal y desbrozan; con el amarillo, han hecho formación con Bombers e intervienen como apoyo en la extinción de incendios».

León manifiesta que lo más habitual es que se tenga el carné verde y que, con el tiempo, el hecho de ser voluntario ha acabado estando más regulado, «con una junta que decide si estás capacitado o no para ello», profundiza. «Estamos ligados a un seguro y hay muchos carnés amarillos caducados, hay que volver a activarlos para ejercer de voluntario», remarca.

Una de las miembros de la ADF de Arbolí, Magda Seriol, comenta, por su parte, que «esta tarea la hacemos en nuestro tiempo libre, porque nos preocupa el estado de nuestras tierras». «Antes la llevaban a cabo los payeses que velaban por sus intereses, pero al hacerse estos mayores la figura estaba desapareciendo; teníamos que activarnos los habitantes del municipio para dar vida a estas agrupaciones», expresa. En la de Arbolí, cifra, hay una decena de personas.

«La ADF de Arbolí estuvo bastante parada el año pasado, aunque ya íbamos desbrozando caminos. Ahora se está reactivando y estamos pendientes de renovar nuestros carnés, mayoritariamente, amarillos y renovaremos la junta; agradezco la predisposición del presidente de la agrupación, Jordi Juncosa, por querer reactivarla», detalla.

Ganar visibilidad

Seriol manifiesta que con el tiempo los voluntarios de las ADF «ganan visibilidad y que en las agrupaciones suelen haber perfiles muy preparados, como bomberos», aunque que siguen faltando gente en los bosques: «No hay suficientes agentes rurales, faltan recursos humanos y las ayudas de la Generalitat para formar gente no son suficientes».

Aporta que ADF y Ayuntamiento tienen que estar «en comunicación permanente» y que las personas que «vean columnas de humo o cualquier incidencia, se pongan en contacto y colaboren con los voluntarios, ya que es cosa de todos cuidar del territorio», asegura.

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