Las consecuencias catastróficas que provocó el temporal Gloria y el aislamiento de muchos municipios fruto de la gran nevada que trajo la borrasca Filomena hicieron plantearse al Consell Comarcal del Baix Camp la recuperación de las Agrupaciones de Defensa Forestal (ADF). Estas entidades, formadas por voluntarios, son una herramienta para prevenir y actuar en el medio natural en situaciones meteorológicas adversas, así como luchar contra los incendios forestales. Un problema del que la comarca no se salva.
Aunque en el registro oficial figura que el Baix Camp tiene 15 ADF, antes del año 2020, tan solo dos de ellas seguían activas: Les Xorovies, que actúa en el término municipal de Duesaigües y l’Argentera; y la de Vandellós y l’Hospitalet, con especial protagonismo en la temporada veraniega. Ante esta situación, el Consell Comarcal organizó, a finales de febrero, un encuentro de alcaldes y alcaldesas de los distintos municipios dónde trasladó la necesidad de trabajar por la creación de las ADF o bien potenciar las que ya estaban creadas.
Cuatro municipios han decidido reimpulsar estas entidades. Por un lado, Capafonts, la Febró y Prades, que se han unido bajo la ADF Muntanyes de Prades y, por el otro, el municipio de Les Borges del Camp, que ha desengrasado su entidad para volver a hacerla rodar.
José Luís León Callejón es el jefe operativo de la ADF Les Borges. Un día, en un taller, vio un vehículo de la ADF de la Morera del Montsant. Investigó que tipo de organización se trataba y las tareas que hacían: prevención, vigilancia, primera intervención y apoyo en la lucha contra incendios forestales. Decidió volver a reactivar la de su municipio. «Me puse en contacto con el Ayuntamiento y busqué gente para que se uniera como voluntario. Fue una idea muy bien recibida», explica.
El siguiente paso, fue empezar a buscar recursos. Estas agrupaciones tienen distintas formas de sufragarse, ya sea por inversión municipal o de particular, pero son entidades sin ánimo de lucro y, normalmente, sus miembros no cobran para estar en ellas.
En el caso de les Borges, José encontró apoyo en el municipio vecino de Riudoms, que le cedió a la ADF dos vehículos antiguos de la Guàrdia Municipal que ahora se están adecuando a las necesidades del servicio. Por otro lado, explica, un empresario de les Borges -que prefiere mantenerse en el anonimato- compró un ‘quit’ con las herramientas necesarias para la extensión de incendios.
«Somos diez personas operativas, disponibles y para hacer guardias los fines de semana; y quince socios, es decir, que están colaborando aportando lo que puedan», señala José, que empezó a trabajar en el reimpulso del ADF antes de la Covid. Este mismo año, la asociación ha podido hacer las primeras tareas: marcar franjas de seguridad, limpieza de rieras y sacar runa del pueblo y los caminos.
Aislamiento en la montaña
Por su parte, la ADF Muntanyes de Prades está en periodo de gestación desde hace un año. «En la reunión de febrero, el Consell nos dijo que nos daría apoyo administrativo, sobre todo en la búsqueda de ayudas para financiarnos», explica Eloi Borràs, secretario de esta ADF. En este caso, hay 144 socios y una treintena de voluntarios en los tres municipios que engloba: Capafonts, la Febró y Prades. El punto de partida, en este caso, fue distinto. Borràs es regidor del Ayuntamiento de Capafonts y desde el consistorio analizaron las problemáticas en el entorno. «Era necesario recuperar la actividad. Es básico para mantener los bosques, los caminos y los puntos de agua en un buen estado», señala.
Durante las nevadas de la borrasca Filomena, desde estos municipios hubo preocupación por el aislamiento que sufrieron. «Estamos en un punto elevado, y desde Capafonts y la Febró pensamos que no vendría nadie a ayudar a despejar el camino... No sabíamos que protocolo de actuación seguir, pero al final nosotros mismos hicimos la limpieza». Fruto de ello, incrementó el interés de la gente por la ADF. «Desde asociación de les Borges del Camp nos subieron la sal».
La ADF Muntanyes de Prades tiene, a día de hoy, dos camiones de Bomberos antiguos en restauración y un tractor con herramientas picadoras, además de palas. «La ADF ya estaba formada y hemos utilizado el material, faltaba, simplemente, personas para reactivarlo».
Carnet verde o amarillo
En 1986, las Agrupaciones de Defensa Forestal se regularon como consecuencia del programa ‘Foc Verd’ elaborado por el Departamento de Agricultura Ramaderia i Pesca de la Generalitat de Catalunya. Este paso fue consecuencia de una gran ola de incendios forestales que se produjo en el territorio en esa época. Eso impulsó a muchos municipios a sumarse a la causa.
Para poder ser un activo de una ADF hay que disponer de una formación especializada y pasar por un examen para acreditarse con un carnet: el verde permite realizar tareas de vigilancia, logística y apoyo en incendios forestales, el amarillo -que se puede lograr cuando llevas un año- la intervención. Este sábado, José hizo una práctica de extinción junto a otros miembros de su ADF. Esta la realizó el responsable de la ADF de la Conca de Barberà, David Saéz junto con el de la Morera del Montsant (Priorat), Francesc Sans.
En el Baix Camp hay registradas las de Alforja, l’Albiol, L’Aleixar, Colldejou, La Ginesta (Almoster), Pratdip, Riudecanyes, Riudecols, Sant Andreu y Vilanova d’Escornalbou; además de las cuatro anteriormente mencionadas.