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Tesoro Público, ahorradores en busca de oportunidades

08 febrero 2023 19:12 | Actualizado a 09 febrero 2023 07:00
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Mientras en el foro de Davos el Presidente del Gobierno se vanagloriaba de la buena evolución de la economía del país y pregonaba a los cuatro vientos que España encabezaba el crecimiento económico de Europa, pocos días después los pequeños ahorradores hacían cola a la puerta del Banco de España en busca de oportunidades. Los ciudadanos no tienen una percepción tan optimista de la coyuntura económica. Ante la falta de opciones de inversión para sus ahorros, intentan por su cuenta poner remedio y buscan cierta rentabilidad. La forma más rápida y práctica ha sido acudir a las subastas de valores del Tesoro Público. La consecuencia ha sido inmediata: caída de la página web de la entidad y largas colas a la puertas del Banco. Nada o poco hubiera costado anunciar el cierre en la web y así evitar sobresaltos.

La caída de la red originó, el lunes 6 de febrero, largas colas a las puertas de la entidad para comprar en ventanilla, formadas por pequeños ahorradores y pensionistas que ven como el ahorro de su trabajo y/o de su vida está disminuyendo a causa de la inflación y de la nula rentabilidad de los depósitos bancarios. Estas colas representan a la clase media del país: pequeños ahorradores, gente normal, de a pie; asalariados y funcionarios que tributan hasta el último céntimo de sus ingresos; que no tienen opción a beneficiarse de los subsidios y ayudas públicas ni forman parte de la clase pudiente. En definitiva, las colas simbolizan la clase media silenciosa, olvidada por todos y no rescatada por nadie.

En EEUU el tipo de interés se sitúa en el 4,75%. El BCE lo ha subido al 3% y anuncia una próxima alza del 0,5% en marzo. Estos aumentos añaden más presión a hipotecados, a empresarios y consumidores, y a la deuda de las haciendas públicas europeas. Por contra, esta subida no se traslada a la remuneración de los depósitos de los ahorradores. Suben más rápidamente los tipos de interés al crédito que la remuneración de los depósitos, encareciendo la vida de miles de familias que ven como sus hipotecas suben pero no la retribución de sus ahorros. Este comportamiento produce mucha irritación en la gente, que no entiende la poca empatía de las entidades bancarias hacia sus clientes y falta de voluntad por arrimar el hombro.

Estas colas ante el Banco de España representan a la clase media del país: pequeños ahorradores, asalariados y funcionarios que tributan hasta el último céntimo de sus ingresos

Es el ciudadano de a pie quien paga el pato y le toca estrecharse el cinturón, una vez más. Mientras tanto, las entidades bancarias pagan suculentos sueldos a sus directivos y engordan su cuenta de resultados con ganancias desorbitadas, ¡Como nunca antes! Véanse los beneficios anunciados del Santander, Bankinter, Sabadell y BBVA, entre otros, de la friolera de más de 20.000 millones de euros. Y van a seguir ganando mucho más dinero porque el BCE seguirá subiendo tipos. Simultáneamente, los ahorros de los ciudadanos permanecen congelados a interés ‘cero’, sin rentabilidad. Como si el dinero estuviera bajo el colchón, pero generando riqueza a las entidades bancarias que financian hipotecas y créditos y demás negocios. Prueba de ello es que España es el quinto país de la UE, por la cola, en porcentaje de remuneración de depósitos.

Podemos afirmar que la subida de precio del dinero del BCE les ha venido de perlas a los bancos, han podido incrementar los tipos de interés de los préstamos (hipotecarios y de otro tipo), pero son reacios y no tienen intención de remunerar, siquiera un poquito, los depósitos bancarios a la vista del pequeño ahorrador. La Sra. Botin justifica la negativa en que aún están en proceso de ‘normalización’ tras años de pérdidas y porque disponen de amplia liquidez. Pero la presidenta del Santander no comenta que la Banca fue rescatada por el Gobierno y recibió muchísimo dinero para superar la crisis financiera derivada de la burbuja inmobiliaria y otros ‘fiascos’ (Bankia y otros). Dinero que salió del bolsillo de todos los contribuyentes. Incluso, algunas entidades se resisten al pago del impuesto extraordinario y han anunciado que lo impugnarán (Bankinter, BBVA y Grupo Santander, entre otros).

Desgraciadamente, las entidades bancarias siguen disponiendo de nuestros ahorros gratuitamente, y me temo que cuando empiecen a dar alguna remuneración, nos lo quitarán vía comisiones de mantenimiento de la cuenta corriente.

Las entidades bancarias siguen disponiendo de nuestros ahorros gratuitamente, y cuando empiecen a dar alguna remuneración, nos lo quitarán vía comisiones

Cuestionable también es la política comercial que han seguido algunas entidades financieras los últimos años: han orientado y dirigido al cliente hacia Planes de Pensiones y Fondos de Inversión agresivos, que se acomodaban más a los intereses de la entidad que a los del cliente, generalmente de perfil conservador. Productos que inicialmente crecían cuasi exponencialmente, posteriormente han sufrido una caída en picado, con pérdidas para el ahorrador-inversor. El modo en que el sistema financiero trata a los ahorradores ha contribuido a convertir la frustración del cliente en indignación. La alternativa que le quedaba al ahorrador era la desgravación fiscal por Planes de Pensiones. Pero el actual Gobierno la ha limitada a 2.000€.

¿Cuáles son los enemigos del ahorrador? Al desafortunado ahorrador se le suma la inflación, la enemiga silenciosa, que se come el poder adquisitivo de los ahorros. Es decir, que además de no crecer el dinero, ni mantenerse, se encoge o disminuye. Se añade la subida o coste real de la vida, que empobrece al ciudadano. Hay que añadir además la subida de impuestos: municipales, autonómicos y estatales. No conozco ningún ayuntamiento que no haya subido este año el IBI, o la tasa de basuras (en Tarragona un 28%), etc. Cataluña crea un nuevo impuesto sobre las emisiones de dióxido de carbono de los vehículos de tracción mecánica. Y, por si fuera poco, el Gobierno no deflacta la cuota tributaria del IRPF. Es decir, los trabajadores pagarán más impuestos reales, por la subida de salarios y pensiones y la no deflactación del IRPF y, simultáneamente, pierden poder adquisitivo por la inflación.

Ante estos enemigos, ¿qué puede hacer el ciudadano? ¿Qué alternativas tiene? Pues muy sencillo: acudir a la compra de valores del Tesoro (Letras, Bonos y Obligaciones), que ahora comienzan a dar rentabilidad positiva, aunque esta no compense la inflación. El mismo secretario general del Tesoro animó recientemente a los particulares a comprar deuda del Estado, que el Gobierno ha decidido concentrar en el primer semestre del año más de dos terceras partes del total.

El ahorrador, que no es experto ni de clase pudiente, tiene buenas razones para acudir a la compra de Deuda Publica: la seguridad de que recupera el capital y obtiene una rentabilidad aceptable. Y, sobre todo, por que no existe más alternativas para sus ahorros. Pero, incluso esta opción se ha convertido en ¡toda una aventura! Los que puedan y sepan lo harán telemáticamente y el resto tendrá que pedir cita previa para evitar que se repitan las colas pasadas. Claro está, siempre y cuando vivas en una de las pocas ciudades en que tiene sucursal el Banco de España. El resto tendrá que dirigirse a su entidad bancaria y pagar la correspondiente comisión por la operación.

Conclusión: ¡una pena y una desgracia!

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