Cuando me propuse ser periodista, una referencia era Manuel del Arco, que firmaba una sección diaria de entrevistas en La Vanguardia llamada ‘Mano a mano’. Ayer se cumplieron 50 años de su muerte. Mi pequeño homenaje lo comprenderán las personas de suficiente edad como para alcanzar a leerlo.
Aragonés de nacimiento, triunfó en Barcelona con sus entrevistas de pregunta y respuesta breves. Les añadía una caricatura que hacía del personaje. Tomaba notas a mano de la conversación, que seguidamente le leía y pedía que si estaba de acuerdo la firmase.
Entrevistó a medio mundo, desde Nixon a Neruda, pasando por Kubala. Daba propina a los conserjes de hoteles para que le avisaran si llegaba alguna persona importante. Decía: «Lo difícil no es escribir, sino que te lean».