Algún día sabremos cómo Trump y Harris pasaron la noche de hoy en espera ansiosa de los resultados. Conocemos cómo la vivieron otros, como Kennedy y Obama.
Kennedy, tras votar en Boston, tomó el avión y se refugió en su finca de Hyannis Port. Su hermano Bob, que dirigió su campaña, seguía al minuto las votaciones y le informaba.
Obama se encerró en su estudio de Chicago, y mientras a Michelle y a las niñas les arreglaban el pelo, escribió dos discursos, el de la victoria y el de la derrota. Cuando, victorioso, subió al coche con su familia para ir al lugar de celebración, la pequeña Malia le dijo: «¿Vamos a la fiesta? Creo que seremos pocos porque no se ve a nadie que vaya».
Por seguridad la policía había prohibido la circulación por la avenida.