En la primavera del año 2010, el entonces Presidente del Gobierno D. José Luis Rodríguez Zapatero, que también era el Secretario General del PSOE, tuvo que salir a comunicar al Congreso de los Diputados y al pueblo español, a través de las cámaras de televisión, que los tiempos de la Arcadia feliz habían terminado. Y que él mismo día daría instrucciones para reducir y congelar el gasto público, que estaba haciendo inviable la devolución de la deuda pública acumulada.
Los grandes acreedores internacionales, previamente, le habían comunicado al Presidente sus intenciones de no renovar ni incrementar sus compras de deuda pública, de cuyos ingresos iba gastando el gobierno socialista de entonces. Las consecuencias del cerrojazo todavía se recuerdan por la mayoría.
Ahora, tenemos un gobierno de socialistas y comunistas, que tiene como Presidente a D. Pedro Sánchez Pérez-Castejón, que también es Secretario General del PSOE. Pues bien, parece que ya hemos entrado de nuevo, en el conjunto de España, en el camino de mal gobierno, que llevará al actual Presidente de Gobierno a imitar a su antecesor en 2010.
El día que los máximos responsables del Banco Central Europeo, que ha venido comprando deuda pública a causa de la pandemia y la crisis derivada, le diga que ya no puede seguir en el camino de mal gobierno de un exceso de deuda pública, nuestro Presidente deberá hacer frente a una crisis de gobierno, para deshacerse de su flanco izquierdo y pactar unos acuerdos de mínimos con el Partido Popular o, en caso contrario, convocar elecciones generales, para devolver la soberanía a la ciudadanía y que ésta dé su confianza a quienes considere conveniente.
En resumen, se tratará de volver a pasar por las urnas, para que los ciudadanos y ciudadanas del país puedan asumir la nueva situación económica y los esfuerzos que habrá que realizar, para salir adelante y conducirnos a una etapa de mejora general, en beneficio de una gran mayoría. Ya va quedando claro que por el camino del actual gobierno, las clases medias van reduciendo su nivel de bienestar y las clases bajas no mejoran. Las clases altas, ya deberíamos saber, suelen estar poco o nada afectadas por las crisis de distintos niveles, pero son muy pocos y no afectan a la sociedad en su conjunto.
De nuevo, nos encontramos en una época de graves problemas económicos, derivados de la crisis sanitaria y de una guerra cercana, con sus efectos evidentes, que haría muy necesaria la mejora de las relaciones y de la convivencia entre los dos grandes partidos estatales. Por desgracia, vemos en la realidad de cada día que prefieren seguir en sus batallas, para ver quién resulta ganador y se lleva el premio.
Y saben, perfectamente, que el principal perdedor de sus batallas acaba siendo siempre el mismo, que no es otro que el pueblo español, en su gran mayoría. Deberíamos aprender a votar en las urnas a aquellas fuerzas políticas que quieran y sepan conseguir acuerdos políticos y sociales, en beneficio del interés general.
