Seis personas, cinco de ellas de nacionalidad española y de una misma familia, fallecieron este jueves por la tarde en Estados Unidos (ya bien entrada la noche en España) al precipitarse el helicóptero en el que viajaban al río Hudson en Nueva York. Las cinco víctimas españolas eran un matrimonio y sus tres hijos -menores de edad-, que se encontraba pasando unos días de ocio en la ciudad. Los equipos de rescate localizaron el último cuerpo atrapado entre los restos de la aeronave, semihundida en el cauce.

El alcalde de Nueva York, Eric Adams, confirmó la muerte de los dos adultos y tres niños españoles, además del piloto de la aeronave, que solo tenía 21 años. El político norteamericano expresó sus condolencias hacia los familiares de las víctimas y apuntó que se ha abierto una investigación oficial sobre el accidente, aunque evitó dar detalles. Todavía no se ha hecho pública la identidad de las víctimas ni su procedencia concreta, aunque algún medio norteamericano apuntaba que procederían de Barcelona y la cadena NBC señalaba que era directivo de una empresa afincada en Cataluña.
La aeronave, un modelo Bell 26 relativamente habitual en ese tipo de viajes, había despegado solo doce minutos antes y realizaba una visita aérea sobre Nueva York en un día gris y algo desapacible, aunque no parecía que la nieble pudiera ser un factor determinante. Diversas fuentes sostenían que era el sexto viaje que realizaba durante la jornada para mostrar a distintos grupos de turistas imágenes aéreas de la ‘Gran Manzana’. Pero al volar sobre Manhattan ocurrió el desastre, aunque todavía se desconocen las causas concretas del siniestro. Una testigo llamada Dani Horbiack aseguró que pudo ver desde su apartamento cómo el helicóptero «caía del cielo». «Escuché cinco o seis ruidos fuertes que sonaban casi como disparos en el cielo y vi pedazos caer. Luego lo vi meterse en el río», contó.

Otro ciudadano presenció también cómo el helicóptero se «partía en dos» y perdía parte de un rotor: «Sonó como una explosión sónica». Un tercer testigo dijo ver que se estrelló en «un ángulo de 45 grados» sobre el agua.
Varias patrulleras guardacostas y lanchas de rescate se desplegaron por la zona, cercana a un pantalán, en la orilla de New Jersey. La aeronave, que según se podía apreciar en las imágenes captadas del siniestro -desde cámaras de edificios cercanos- habría perdido parte de sus aspas, quedó flotando semisumergida sobre el costado derecho.