Han pretendido borrar su memoria rompiendo su foto. Lo ha hecho el presidente del parlamento balear, Gabriel LeSenne, de Vox. Aurora Picornell era una de las Roges del Moliner, tenía 24 años cuando un 5 de enero del año 1937, en plena noche de Reyes, fue secuestrada por un somatén falangista.
Aurora Picornell fue violada y torturada. Su cadáver fue vejado en público y tras todas estas atrocidades, fue enterrada en una fosa común. Aurora era feminista, sindicalista y militante de las juventudes comunistas, como si esto fuera suficiente para justificar el horror de esa noche de Reyes.
El Consell de Mallorca la declaró hija predilecta y esta semana un presidente de la cámara balear ha destrozado su fotografía. Romper imágenes, quemar libros. Son acciones que van siempre juntas y que siempre perpetran los totalitarios, los fascistas. Aurora dijo que podrían matar a los hombres, a las mujeres, a los niños, como el suyo que aún no había nacido, pero, ¿y las ideas? ¿Cómo iban a matar las ideas? No pueden. Pero pueden quemar libros, romper fotos, insultar, amenazar. Aceptar su normalidad es nuestro error. Aurora Picornell representa la dignidad de una época. No olvidemos que ellas sí plantaron cara.
