Iremos a votar, en la confianza de que nos sirva para salir del atasco político y social, en el que llevamos desde el año 2017, por lo menos, en Catalunya y en toda España; a consecuencia de los intentos de secesión realizados por los independentistas; y los posteriores hechos conocidos por todos.
Empezando por las fuerzas independentistas, no creo que sea prudente o conveniente dar la confianza a la lista de Junts x Cat, encabezada por Puigdemont y Laura Borrás. Todavía persisten en su línea unilateral y de confrontación con el Estado; a pesar de los negativos resultados conseguidos hasta la fecha.
Tampoco creo aconsejable el voto a ERC, cuyas listas encabeza el actual vicepresidente Aragonés. Han demostrado su incapacidad de gobernar para toda la ciudadanía, mirando sólo hacia su parte de electorado independentista. Y ahora, dicen que promueven la ampliación de votos a otros sectores, para ganar fuerza política, en el camino hacia la independencia.
Todavía menos conveniente, entiendo el voto a las listas de las CUP. Siguen en su ya conocida tendencia de confrontación con el Estado; y en sus postulados de extrema izquierda en los aspectos sociales y económicos. O sea, antisistemas que ahora quieren participar en el govern de la Generalitat. Ahora, habrá que apuntar las opciones recomendables, desde una perspectiva no independentista. Que serían, por orden alfabético, las de Ciutadans (C’s), En Comú Podem (ECP), Partido Popular (PP) y Partit Socialista de Catalunya (PSC-PSOE). Todas ellas ya figuran en el actual Parlament y han dado muestras de trabajar en beneficio de intereses generales.
Somos muchos los que no podremos olvidar que en las penosas fechas de 6 y 7 de septiembre de 2017, las cuatro fuerzas políticas indicadas, fueron las que, en el Parlament de Catalunya, salvaron al país de una caída directa en el precipicio, actuando en representación de la mayoría de los votos de los ciudadanos en las urnas. Allí plantearon la defensa de la racionalidad política, la lealtad constitucional y el principio de legalidad, que estaban siendo pisoteadas por la mayoría de los diputados, de las fuerzas independentistas, en su vano intento de conseguir la secesión de Catalunya de forma unilateral; y contando con menos de la mitad de los votos en las urnas. Un regalo de la Ley Electoral.
Es evidente que también podría recomendar la abstención, ante la grave situación actual sanitaria; así como por las peleas continuas e insoportables, con las que nos aburren los representantes de todos los partidos políticos, de todos los colores y tendencias. Pero no lo haré. Porque considero importante nuestra actitud personal en este difícil momento; y la defensa de la democracia parlamentaria y representativa, mediante el voto en la urna.
Pedro Clua: Abogado.
