Los malos olores son la segunda queja relacionada con la contaminación a nivel mundial, solo por debajo del ruido. La proximidad de las zonas industriales a algunas residencias de Tarragona y los municipios aledaños pueden provocar que este factor sea una molestia entre la población.
Por este motivo, desde el Centre Tecnológic de la Química, ahora integrado en Eurecat, han recogido desde 2005 datos de percepción ciudadana en este campo. En esta línea de trabajo, en 2012 nace Nasapp, una aplicación móvil que permite aplicar la «ciencia ciudadana» a estos datos mediante la participación de voluntarios establecidos en 11 municipios en torno a la industria química y portuaria.
Como cada año, desde Eurecat se presentaron ayer los datos referentes al último periodo frente a los participantes voluntarios. En esta ocasión, se hizo en la autoridad portuaria junto a representantes del Port de Tarragona y la Associació Empresarial Química de Tarragona (AEQT), quienes también forman parte de la iniciativa.
El proyecto ha ido ampliando su participación y ya son 280 los usuarios que se hacen eco de su molestia, contando con representación en todos los barrios periféricos de la ciudad de Tarragona y en municipios como El Morell, La Canonja o Vilaseca.
El aumento de la participación y de temperaturas son condiciones que podrían haber generado un aumento de los malos olores, sin embargo, Isabel de Lucas, chief officer de Nasapp, explica que «se percibe una clara tendencia al descenso en los últimos años».
En este 2023, ninguno de los episodios registrados ha superado el parámetro de normalidad, dos niveles por debajo del crítico, al cual se llegó durante la fuga de nafta de 2022.
El trabajo de Nasapp, pionero en España, se complementa con 10 puntos de control interno en los polígonos norte, sur y portuario. Este se realiza gracias al trabajo de los bomberos de los parques y permite identificar con herramientas avanzadas cuáles son las unidades de olor que se emiten y su origen.
Cada uno de estos ha realizado más de 900 rondas para detectar la afectación de las diferentes actividades.
Otros datos de este año muestran que los peores olores aparecen a primera hora de la mañana, mientras que por la noche son menores, además, no se perciben grandes cambios entre las diferentes estaciones. Desde Nasapp quieren seguir creciendo en participación para poder establecer mejor la fuente de los episodios de malas olores.
Regulación europea
A día de hoy no existe una ley que reconozca los malos olores como un contaminante, estos solo están legislados mediante dos normas UNE de aplicación voluntaria. De Lucas alega que esta legislación es «insuficiente», ya que las UNE atienden a cuestiones de análisis químico y unidades de olor, pero no tienen en cuenta la percepción ciudadana que recogen desde Nasapp.
Por este motivo, los responsables junto a la AEQT y el Port de Tarragona están trabajando para crear una nueva UNE que legisle esta metodología. De Lucas destaca que «la molestia de la población es el mejor indicador para los episodios de malos olores», recordando que «el cuerpo humano es un receptor químico con un millón de receptores».
Nasapp lidera un grupo de trabajo para hacer esto posible desde 2018. Este cuenta también con la participación ciudadana y el tejido empresarial. Desde este grupo pretenden impulsar una nueva legislación que regule estatalmente esta información. Esta sería la primera ley internacional que tenga en cuenta la ciencia ciudadana.
Nuevos avances
El proyecto de Eurecat ha recibido una subvención de 250.000 euros del ministerio que les permitirá implementar la inteligencia artificial a la iniciativa. El proyecto se desarrollará desde el Port de Tarragona en un inicio con el objetivo de llevarlo al resto de polígonos en un futuro.
Mediante esta herramienta, los datos recogidos por la aplicación podrán ir un paso más allá en su tratamiento, permitiendo predecir cuando se producirán los episodios de malos olores. De esta manera, desde Nasapp pretenden ofrecer una mayor protección ciudadana frente a este contaminante.
