El Ayuntamiento de Tarragona ha decidido dar el paso e instalar definitivamente un servicio de megafonía en casi todas las playas de la ciudad. La actuación está prevista que se ejecute en las próximas semanas, según aseguran los técnicos municipales. Será un procedimiento más rápido de lo habitual, gracias a un contrato menor de emergencia que se puede llevar a cabo aprovechando la situación de la Covid-19. Los megáfonos no solo servirán para mandar mensajes relacionados con la pandemia y el aforo de las playas, sino que también podrán ser utilizados por el servicio de socorrismo de la Creu Roja y por Protecció Civil, para informar del estado del mar o cualquier otro incidente, por ejemplo.
Hace años que se está trabajando con esta idea, pero no ha sido hasta ahora cuando la iniciativa ha cogido fuerza. Se trata de un proyecto que se está llevando a cabo entre distintos departamentos municipales, como el del Protecció Civil, quien coordinará el servicio, o el de Medi Ambient, que es el encargado de decidir la ubicación de los dispositivos.
En una primera propuesta, se hablaba de instalar 50 megáfonos repartidos por las playas de la ciudad. Finalmente, el proyecto ha quedado en 20. Los técnicos municipales de medio ambiente llevan semanas trabajando en la localización de estos aparatos inalámbricos, estudiando las características de cada playa. El consistorio ha tenido en cuenta cuáles son los puntos donde se concentra un mayor número de bañistas y han descartado instalar megáfonos en aquellas playas con una personalidad más natural, como es el caso, por ejemplo, de la Rocaplana y la Waikiki.
«Los criterios que se han seguido para colocar los dispositivos son medio ambientales, siempre asesorados por expertos en la materia. No queremos dañar el espacio y tenemos el compromiso de perjudicar lo menos posible el entorno natural», explica la concejala de Medi Ambient del Ayuntamiento de Tarragona, Eva Miguel (CUP).
Actualmente, los técnicos en gestión de playas están redactando el pliegue de condiciones con el asesoramiento de distintos departamentos, como informática, medio ambiente y Protecció Civil. Según la concejala, se aprovecharán los postes que ya hay en las playas y los accesos para instalar los megáfonos. «Siguiendo los criterios ambientales, utilizaremos espacios ya habilitados para impactar los menos posible en el paisaje», explica Miguel.
Según el proyecto elaborado, en la Platja de Tamarit se instalará solo uno en la zona del camping, donde se prevé un mayor aforo. En la Savinosa, otro en la parte más urbana. Y en la Platja Llarga se están estudiando tres ubicaciones, coincidiendo con los accesos: en la zona del Club de Vela, donde se hacen picnics y, por último, a la altura de Cala Romana. «En la Arrabassada y el Miracle por supuesto que también. Son las playas más urbanas de la ciudad y las que presentan más facilidades», apunta Miguel. En cambio, Rocaplana y Waikiki no tendrán servicio de megafonía por ser playas naturales.
La previsión es que los dispositivos puedan entrar en funcionamiento antes de acabar el verano. «No importa si nos retrasamos unas semanas. Está claro que, en estos meses, el servicio tiene más sentido que nunca. Pero la megafonía quedará fija para todo el año, no será de quitar y poner», dice Miguel.
Un procedimiento más rápido
La fórmula que el departamento de contratación utilizará para poner en marcha la instalación de los dispositivos agilizará considerablemente el procedimiento. Aprovechando que se trata también de una medida para combatir los riesgos de la Covid-19, se llevará a cabo un contrato de urgencia que permitirá activar el servicio mucho antes de lo esperado en estos casos. Por su parte, la concejala de Seguretat Ciutadana, Cristina Guzmán, quien también participa en el proyecto, asegura que «ya era hora porque somos de las pocas ciudades que no cuentan con este servicio».
Los megafonía servirá para que los servicios de emergencia, como pueden ser Guàrdia Urbana, Creu Roja y Protecció Civil –entre otros–, puedan comunicarse con los usuarios de las playas. El objetivo pasa por informar sobre el estado de la mar, sobre el límite máximos del aforo u otra incidencia relacionada, sobre todo, con la seguridad de los bañistas.
Cabe recordar que el año pasado ya se introdujo el tema de la informática en las playas, con la puesta en marcha de una aplicación que permitía conocer si en las playas había mucha o poca gente.