Tarragona se está poniendo las pilas en materia de carriles bici y uno de los principales retos que hay encima de la mesa es generar una red, que dé una continuidad a la infraestructura existente, que permita a sus usuarios moverse de un extremo a otro de la ciudad de forma cómoda y segura. Ahora mismo hay varios proyectos encima de la mesa, que en un futuro permitirán moverse desde Altafulla a Bonavista o hacia Sant Pere i Sant Pau. Sin embargo, para que esto sea posible primero hay que dar continuidad a los tramos existentes del carril bici litoral.
Los proyectos están redactados y la inversión está garantizada, a la espera de que llegue la confirmación oficial, por parte del Departament d’Empresa i Treball, de la asignación de una partida de 3,5 millones de euros de los fondos Next Generation para el proyecto Tarragona entre Blau i Verd. «Son una suma de actuaciones, lideradas desde el Àrea de Turisme que tienen una gran trascendencia sobre la ciudad, ya que persiguen abrir la relación de Tarragona con el mar y es bajo esta perspectiva que se mira el tema de la movilidad», explica el concejal de Territori, Xavier Puig.
El proyecto afecta a dos tramos en concreto. El primero tiene unos 800 metros y es el que debe enlazar el carril bici del Port desde la pasarela del Miracle hasta el Fortí de Sant Jordi, donde se inicia la plataforma de 1,5 kilómetros que resigue el Passeig Rafael de Casanovas. Este muere en un extremo de la playa de la Arrabassada y aquí se inicia el segundo tramo, en este caso de unos 900 metros, que es el que debe permitir llegar hasta la rotonda de la Via Augusta, para empalmar con el carril bici de Llevant, que es el que construirá el Estado cuando se haga efectivo el traspaso de carreteras.
«Esto implica potenciar la movilidad sostenible en la circulación litoral en detrimento del vehículo privado», avanza Puig. Como se hizo en su momento, cuando se dibujó el vial de Rafael de Casanovas, los coches perderán espacio y desde la playa del Miracle, hasta la Arrabassada tan solo dispondrán de un carril de circulación en el sentido inverso al actual, de forma que esta será una vía de salida desde el centro a los barrios de Llevant.
De acuerdo con el proyecto, la obra no es muy compleja, ya que se aprovecha la calzada, aunque deberá tenerse en cuenta la afectación que comportará el desmontaje de la plataforma del Miracle. Con todo, la inversión prevista asciende a 328.000 euros.
Según explica el responsable de Territori, tan pronto como llegue la confirmación oficial del Next Generation podrá procederse a la licitación de las obras, que se pondrían en marcha a lo largo del segundo semestre del año que viene. Con todo, el calendario de los fondos europeos marcan 2025 como plazo máximo para que estas estén acabadas.
A partir de ahí, tan solo quedará un pequeño tramo por cubrir, que es el que debe enlazar el vial del Miracle con el Serrallo y que, en este caso, al ser dominio portuario deberá impulsarlo el Port de Tarragona.
Puig defiende que la suma de todos estos proyectos «configurarán una red que conectará la inmensa mayoría de la población de Tarragona y permitirá ir a los campings y a las playas en bici, sin olvidar la Ciutat Residencial, que está llamada a ser un espacio cicloturista muy importante». Por su parte, el alcalde y concejal de Turisme, Pau Ricomà, defiende que el proyecto Tarragona entre Blau i Verd «refuerza la cohesión de ciudad y la visión de un turismo sostenible a partir de una cuestión esencial, que es la de acercar a la población a las playas con una movilidad sostenible».