Un total de 453 médicos se han marchado de la demarcación de Tarragona entre 2017 y 2022 para irse a trabajar a otro punto del territorio catalán (177), al resto del Estado (233) o al extranjero (43), según datos facilitados por el Col·legi Oficial de Metges de Tarragona (COMT).
El poder de atracción de las grandes ciudades como Barcelona afecta al Camp y al Ebre, que ven cómo el talento que forman suma ‘fugas’ cada año. Bien es cierto que, teniendo en cuenta el cómputo global, hay más altas que bajas.
No obstante, el sector denuncia que el relevo generacional de algunos especialistas es uno de los escollos más difíciles de superar, ya que se jubilan muchos más de los que acceden.
«Es un problema que tenemos desde hace ya unos años», manifiesta el doctor y secretario del COMT, Manuel Carasol.
El número de jubilaciones ha aumentado un 65,5% desde 2019: «Hasta 2025, el dato va a ir in crescendo y, a partir de ahí, se entiende que la cosa puede solucionarse, pero, hasta entonces, podemos tener problemas», apunta.
«Muchos de los médicos que vienen a Tarragona no tienen especialidad», Manuel Carasol, secretario del COMT
La gerente de la Regió Sanitària del Camp de Tarragona, Imma Grau, apunta que el problema guarda relación con una pirámide poblacional cada vez más descompensada: «Nos obliga a cambiar, incrementando el número de profesionales y reforzando el papel de la Enfermería», comenta.
Es cierto que las altas han crecido en Tarragona un 47,8% desde 2017 hasta 2022, pasando de 180 a 266. En palabras del secretario del COMT, «en el último año, ha habido diecinueve altas más que en 2021, pero también cuarenta bajas más, algo que se explica por el incremento de las jubilaciones».
«Es uno de los problemas, pero el otro es el hecho de que muchos de los médicos que vienen a Tarragona no tienen especialidad», añade.
Desgranando los datos, se observa que, de las 266 altas que hubo durante 2022, 112 fueron de facultativos sin especialidad –un 42,1% del total–. Del resto, 57 sí que la tenían –un 21%–, mientras que 97 estaban en el sistema MIR, que incluye a profesionales con licenciatura que están formándose durante cuatro o cinco años para conseguir la especialidad.
«Se trabaja para incrementar el número de especialistas y de plazas de formación», Imma Grau, gerente de la Regió Sanitària del Camp de Tarragona
«La mayor parte de personal no especializado se concentra en extracomunitarios jóvenes que vienen con el título homologado, pero no tienen una especialidad reconocida en España, ya que el proceso aquí es muy riguroso», explica Carasol. Con lo cual, mientras Tarragona ganó 57 galenos especialistas en 2022, perdió 137, lo que evidencia el desajuste.
El secretario destaca que «no se marchan tantos como los que vienen, pero, de todos los que vienen, hay pocos que puedan ocupar las plazas en las que hay más déficit», lo que causa que estos facultativos terminen concentrándose en lugares de trabajo más precarios y con una menor capacidad de carrera profesional.
En este sentido, Grau incide en que «la creación de más plazas MIR y de estudiantes de Medicina y Enfermería soluciona problemáticas a medio-largo plazo, pero es necesario un cambio de modelo asistencial que libere tiempo dedicado a tareas burocráticas».
«Se trabaja para aplicar una estrategia conjunta que incremente el número de especialistas y acredite más plazas de formación», insiste.
«Hay especialidades que no son ‘atractivas’ actualmente», Marina Roig, delegada de CATAC-CTS en el Hospital Joan XXIII de TGN
Es cierto que, según el Pla d’Ordenació de Recursos Humans del Institut Català de la Salut (ICS), el problema afecta más a unas especialidades que otras, como la enfermería, la obstetricia y ginecología, la medicina de urgencias y de familia, la reumatología, la neurocirugía y la cirugía pediátrica.
La delegada del sindicato CATAC-CTS en el Hospital Joan XXIII, Marina Roig, indica que «hay especialidades que no son ‘atractivas’ actualmente».
En este sentido, la gerente de la Regió Sanitària anuncia que «se aplicaran medidas para que trabajar en una zona rural alejada de las ciudades no impida al profesional ampliar su trayectoria y metas laborales».
La prioridad para el sector es la de que la Administración se centre en intentar solventar el déficit de profesionales que se arrastra desde hace años.