Sofiia tiene 15 años, igual que su amiga Katherina, e insiste en buscar en su móvil la foto de su casa medio destruida. «El verano pasado regresamos y arreglamos las ventanas», se consuela. Ella y su familia vinieron a España unos días antes de que estallara la guerra «mi pueblo está en una zona que quedó completamente arrasada», recuerda.
Sofiia era una de las más de 300 personas que marchaban este sábado por la Rambla Nova. «Queremos parar esta tragedia», dice, mientras sujeta una pancarta que recuerda que entre las muchas formas de tortura que se están viviendo en su país también se encuentran las violaciones.
Hay muchos jóvenes en la manifestación. Aryna, de 19, dice que «queremos recordarle a Europa que la guerra sigue y que sigue muriendo gente». Ella también vino con sus padres en 2022.
Anna, de 18, en cambio, nació en Tarragona, pero sus padres son Ucranianos. Se le saltan las lágrimas cuando recuerda cómo se enteraron de que la guerra había comenzado. En su caso fue su tío quien llamó desde Ucrania cuando ella iba saliendo al instituto. «Nos pusimos todos a llorar».
Había otros que ayer no conseguían hablar «es un día muy duro de recordar para nosotros», decía una joven con su perro.
A Svitlana, de 45, que lleva años viviendo en Tarragona ,también comenzó a llamarla la familia. Desde entonces no hace más que pensar en su hijo mayor que sigue allí y que está preparándose para entrar en combate.
Y así la mayoría ayer no podía dejar de recodar el día que para muchos cambió sus vidas para siempre.
La marcha, a buen ritmo y con banderas azules y amarillas de todos los tamaños, transcurrió hasta la estatua de Roger de Llúria con consignas como: «Hoy Ucrania, mañana Europa» o «La paz vale más que el gas».
Al final de la marcha se proyectaron imágenes de un país bucólico, irreconocible en las que nos llegan desde hace dos años nos llega a través de la televisión.
Zoryana Lyashenko, secretaria de la Asociación de Ucranianos en Tarragona, entidad convocante de la manifestación, insistió en la importancia de hacer presión para que Europa no olvide la guerra. Señaló que: «si no luchamos aquí por los que están entregando su vida allí, esto no va a valer la pena».
Y, para terminar, un agradecimiento: «Gracias Tarragona por estar con nosotros, sois grandes».