Rubén Viñuales (PSC) logró aprobar el pasado miércoles el presupuesto municipal con el mayor apoyo del siglo XXI. La formación socialista, que gobierna únicamente con 9 de los 27 ediles que forman el Saló de Plens de la Plaça de la Font, consiguió sumar el ‘sí’ de los seis ediles de Esquerra, los tres de Junts per Catalunya y los dos de En Comú Podem para sellar el histórico acuerdo de los 20 concejales o, lo que es lo mismo, del 74% del pleno. Lo nunca visto en la historia moderna de la ciudad.
Se trata de un logro que nadie podía presagiar hace solo dos meses, cuando el 2 de octubre el alcalde aseguró que el Ayuntamiento estaba al límite «de la quiebra». En ese momento, para generar ingresos ante el agujero de 14 millones que detectó el interventor, Viñuales propuso medidas como subir el IBI un 20%, incrementar en el mismo porcentaje la zona azul y los parkings soterrados, además de implementar 3.500 nuevas plazas de estacionamiento reguladas de pago.
Todo ello comportó duras críticas de la oposición. Sin embargo, tres semanas después Junts y ECP aprobaron subir el IBI un 7,4%, la basura un 12%, la tasa de las terrazas un 20% y el ICIO un 33% para generar 6,5 millones de euros. Y solo un mes después ERC se ha sumado a los otros dos partidos para avalar las cuentas más expansivas del último lustro.
Giro copernicano
¿Qué ha pasado, pues, para explicar este giro copernicano que ha dado la política tarraconense en los últimos 60 días? Las fuentes consultadas son claras, y así lo expresaron públicamente durante el pleno del pasado miércoles en la Diputació: la comisión negociadora formada por Isabel Mascaró y Pau Pérez ha construido puentes, ha recuperado el diálogo y ha logrado materializar pactos que nadie esperaba. Así lo remarcaron los partidos que apoyaron las previsiones económicas socialistas, pero también incluso lo reconocieron PP y Vox.
Mascaró, que justo se estrena este mandato como cargo electo, ocupó el número ‘5’ de la lista socialista el pasado 28 de mayo. Hija del exsecretario general del consistorio Ponç Mascaró, ha trabajado durante 24 años en Agbar, donde ejerció como abogada de la compañía, compliance, delegada de protección de datos de la fundación o presidenta del comité LOPD Agbar, además de secretaria del consejo de administración de Aigües d’Osona, de Serveis de Cervera i Segarra y de Depuradores d’Osona.
Por su parte, Pau Pérez fue concejal entre 2003 y 2023, siendo el máximo responsable económico entre 2007 y 2019 durante la etapa de gobierno del alcalde Josep Fèlix Ballesteros (PSC). Desde el pasado mes de junio ejerce como asesor especial del alcalde Viñuales.
Perfiles diferentes pero complementarios, pues, para tirar de experiencia negociadora, rastrear en profundidad los números de la Plaça de la Font y sondear los entresijos y las vías legales con los altos funcionarios de la casa para aprobar el plan fiscal, sellar el presupuesto, consolidar la alianza con Junts y ECP y lograr, de postre, el deshielo con ERC. ¿Qué más se puede pedir?