Tarragona necesitará sextuplicar la generación de energía renovable si quiere alcanzar la descarbonización total y ser climáticamente neutra en el año 2050, como establece la Unión Europea (UE). A los actuales 2.409,52 gigavatios-hora (GWh) de origen renovable habría que añadir otros 13.377,9 GWh más para alcanzar los 15.787,42 GWh estimados como demanda para el Camp y el Ebre en 2050.
Este cálculo proyecta una situación ficticia en la que la demarcación fuera autosuficiente y se abasteciera con sus propios recursos, pero ilustra bien el gran reto que hay por delante.
Se trata de una investigación llevada a cabo por el consultor en comunicación de proyectos de renovables y exgerente de EolicCat –asociación que agrupa a empresas eólicas catalanas–, Jaume Morron, a partir de las proyecciones de la Prospectiva Energètica de Catalunya (PROENCAT) 2050, la hoja de ruta para alcanzar los objetivos climáticos y energéticos fijados.
La realidad es que apenas el 9,3% de la energía producida en Tarragona entre enero y septiembre de 2024 proviene de fuentes renovables, según datos de Morron. Son, en total, 1.957,13 de los 20.992,64 GWh que se generaron durante todo ese período. El territorio no está tan lejos del conjunto de Catalunya, donde la proporción de energías renovables sobre el total de producción supone tan solo un pírrico 18,6%.
Así se distribuye la energía generada en Tarragona, Catalunya y España, en comparación con los objetivos para 2050
Fuente: dialEc
Pero la demarcación y Catalunya están a años luz de España, donde las renovables engloban el 50,8% de la energía producida, y de la Unión Europea (UE), donde, según registros de Eurostat, en 2023, la energía renovable fue la principal fuente de electricidad, representando el 44,7% de la producción total. Las energías renovables generaron 1,21 millones de GWh, lo que supone un aumento del 12,4% en comparación con 2022.
Por el contrario, la electricidad generada a partir de combustibles fósiles disminuyó un 19,7% en comparación con el año anterior, contribuyendo con 0,88 millones de GWh, lo que representa el 32,5% de la producción total de electricidad. Las plantas nucleares produjeron 0,62 millones de GWh, lo que representa el 22,8% de la producción total de energía de la UE, reflejando un aumento del 1,2% en comparación con 2022.
Ese último dato también contrasta con el de Tarragona, donde la nuclear supone el 83,7% de la energía generada en la demarcación, que da servicio a toda Catalunya. Los tres reactores nucleares en servicio –Ascó-1 y Ascó-2, en la Ribera d’Ebre, y Vandellòs-2 en el Baix Camp– aportaron, entre enero y septiembre, 17.572,40 GWh a la red, el 61,5% de la electricidad generada en Catalunya. Es un 3,1% más que en el balance del total de 2023.
Cabe destacar, en esta línea, que, pese a que Tarragona produzca toda la nuclear y gran parte de la eólica de Catalunya, esa energía se distribuye y consume en todo el territorio catalán. No obstante, el cálculo de una demarcación autosuficiente que pueda abastecerse de energía con sus propios recursos ilustra bien a lo que se enfrenta Tarragona para alcanzar los objetivos climáticos y energéticos fijados por la UE y la Generalitat.
Los pasos que se han dado son, según Morron, minúsculos. Sobre todo, si se tiene en cuenta lo que está por venir: Ascó-1 cerrará en octubre del 2030, Ascó-2 lo hará en septiembre de 2032 y Vandellòs-2 dejará de funcionar en febrero de 2035.
Se abre así un desafío mayúsculo, pues la PROENCAT marca que, en el año 2030, el 50% de la demanda eléctrica de toda Catalunya debe cubrirse con renovables. Un dato que, en 2050, ya debería llegar al 100%.
A nivel más global, Catalunya debe multiplicar por 22 la capacidad de generación de energía eólica terrestre y marina y la solar fotovoltaica hasta 2050. De aquí al 2030, la de generación eólica y solar fotovoltaica debe multiplicarse por cinco.
Hay dos opciones para sustituir la nuclear: o bien producir aquí la energía renovable o importarla desde otros puntos del Estado. Aquí entran, por ejemplo, las líneas de muy alta tensión (MAT).
Hasta tres se han planificado para traer energía renovable desde Aragón hacia Catalunya. Todas ellas aportarían una energía de 11.000 GWh, poco más de los 8.000 GWh que produce un reactor nuclear. Queda claro, pues, que el trabajo por hacer será intenso y que, por el momento, los objetivos quedan lejos.