Dame propina y sabré de dónde eres

Dejar unas monedas de más a la hora de pagar la cuenta para premiar el buen servicio es una costumbre extendida que los camareros agradecen. Pero no todos los turistas las dan por igual

19 mayo 2017 20:57 | Actualizado a 24 diciembre 2019 21:10
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Los camareros tarraconenses se frotan las manos cuando ven aparecer en su local a un turista estadounidense. Saben que los viajeros de esta nacionalidad son los que mejores propinas acostumbran a dejarles. «Así es – corrobora un barman de Tarragona –; los americanos son los más generosos, seguidos de los alemanes, los franceses y los italianos. En último lugar, entre los más tacaños, estarían los españoles».

Cuando se pregunta a los clientes por el tema de las propinas, se aprecia que cada individuo tiene su propia idea al respecto, que depende de muchos factores:el trato que le ha dado el mesero, la calidad de la comida o del servicio... pero el factor más importante es el de la cultura, es decir, el sitio donde se ha criado, las costumbres y los valores que ha recibido. En este sentido, no les falta la razón a los camareros tarraconenses cuando dicen que los que suelen ser más generosos son los estadounidenses.

Y es que allí se deja propina por norma. A algún camarero incluso le ha parecido excesiva la propina que ciertos ciudadanos americanos le han dejado. La razón es que en Estados Unidos el sueldo de camarero se asemeja al que aquí es el salario mínimo, y lo que pretenden es que ese sueldo se incremente según la eficacia de cada camarero. Si un camarero da un servicio óptimo a sus clientes lo más probable es que reciba una propina de un 30% del total del consumo; si el camarero da un servicio mediocre, la propina rondará el 20%, y si el camarero da un servicio pésimo, aunque no merezca propina la recibirá de todas formas, más o menos un 10% del total de la cuenta.

Claro que allí la mayoría de los camareros no son profesionales, sino que suelen ser estudiantes que trabajan para poder pagarse los estudios o costearse algún capricho. Es por ello que en muchos casos se ha detectado rechazo, hasta se podría llegar a decir marginación social, hacia quien no deja al menos el 10% de propina. Incluso el Ayuntamiento de Nueva York mandó colocar unos carteles en hoteles y taxis que decían «No te hagas el sueco, la propina es obligatoria».

 

En otros países

Estados Unidos no es el único país donde existe cierta convención sobre las propinas. En Alemania e Italia se acostumbra a dejar un 10%. Además, en países como Alemania y Holanda existe la costumbre del «round up», que consiste en que si, por ejemplo, unos clientes tienen una cuenta de 43,95 euros, dejan un billete de 50 y no piden el cambio; la vuelta sería la propina.

En Inglaterra, en los restaurantes va entre un 10 % y 15% del consumo, pero la propina no es obligatoria si el servicio no es bueno. Hay regiones donde la propina va incluida en el tíquet y puedes decidir si pagas o no la propina que te han asignado.

En Francia la propina está incluida en el precio, pero camareros de Tarragona afirman que la mayoría de los franceses suele dejar un 10% de propina.

A la hora de atender a los clientes españoles, los camareros de Tarragona aseguran que «también suelen dejar algo, aunque la costumbre por excelencia es la de dejar un pequeño montón de monedas. Más o menos de un 3% a un 5% del total de la cuenta. Este porcentaje varía según el trato. Esto no significa que no haya españoles que dejen tanta propina como los estadounidenses», aclara un camarero que recuerda que su mayor propina se la dio un turista nacional.

 

No se aceptan propinas

Peor lo tienen los camareros con los clientes de países como China, Cuba y Singapur, donde las propinas están prohibidas. En las culturas china y japonesa está mal visto dejar propina, lo entienden como un gesto de superioridad frente a quien le sirve, y la mayoría de chinos y japoneses lo consideran una falta de respeto. De hecho, en Japón, si se dejan algunas monedas en la bandeja del cambio creerán que fueron olvidadas.

Pero no sólo en estos países está mal visto este gesto; aquí, en Tarragona, El Corte Inglés tampoco acepta propinas. Ni en la cafetería – el tíquet especifica que «no se aceptan propinas» – ni en el resto de plantas o secciones. Ha habido discusiones entre personas que querían premiar el servicio que habían recibido y los jefes de planta que insisten en que no se acepta esa propina.

 

Debate abierto

Hay un debate abierto sobre la idoneidad o no de dar propinas a los camareros. Una encuesta realizada entre algunas personas de Tarragona desvela que cada vez son más quienes opinan que «si cada uno hiciera su trabajo como debe y estuviera bien pagado, las propinas no tendrían razón de ser». Sostienen que a los demás profesionales no les dan propina por hacer su trabajo y consideran injusto que algunos camareros aumenten su salario en al menos un 10%. Y no falta quien tilda la medida de «clasista».

Muchas de estas personas añaden que «con las propinas se premia al empresario que paga mal a los camareros;«en lugar de darles un sueldo digno, les pagan una miseria y pretenden que el cliente contribuya a completar su salario con las propinas». «Algunos las utilizan para pagar gastos del bar o del restaurante, como vasos, manteles, copas, mesas..., mientras otros directamente se quedan con ese dinero para uso y disfrute propio».

Claro que también hay quienes defienden este gesto como «un agradecimiento a quien te ha servido bien, es un modo de premiar el buen hacer». Otros son partidarios de dejar propina «porque los camareros no suelen estar bien pagados».

Sea como fuere, lo cierto es que los camareros de Tarragona confiesan que, aunque no supone un gran porcentaje de sus ganancias, «las propinas contribuyen a redondear el sueldo». Y siguen suspirando para que entre sus clientes se cuele algún estadounidense.

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