La Bona Gent nos hizo llorar

La gala tuvo momentos emotivos y otros de diversión, como el baile que se marcaron el alcalde de Tarragona, Rubén Viñuales,
la alcaldesa de Reus, Sandra Guaita, y la alcaldesa de Valls, Dolors Farré, al ritmo del ‘Viva la vida’ de Coldplay. foto: marc bosch

18 enero 2025 17:41 | Actualizado a 19 enero 2025 16:00
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Katrin era la primera vez que volvía a Tarragona desde que sucedió todo. Volvió para recoger el reconocimiento que el ‘Diari’ quiso hacerle a su marido. Kevin Seipp era un turista alemán que falleció en nuestra ciudad el pasado 28 de marzo durante sus vacaciones de semana santa. Se tiró al agua desde las rocas del Miracle para salvar la vida a un joven que había caído al mar. Ninguno de los dos sobrevivió.

El acto de Seipp es propio de un superhéroe. El pasado jueves, en la gala de la Bona Gent, su mujer, Katrin, y su hijo de siete años, Noel, protagonizaron uno de los momentos más emotivos de la jornada. Subieron al escenario del Teatre Auditori de Salou, cogidos de la mano y a paso firme, para recoger el diploma. Y aquí empezaba una tarde llena de ternura.

Llorar de alegría o de emoción es de las mejores sensaciones que uno puede experimentar. Y eso es lo que nos pasó a los que asistimos a la gala de la Bona Gent. Puedo asegurar que nos emocionamos. Todos. Sin excepción. Desde los políticos, hasta los familiares de los homenajeados, pasando por las azafatas que procuraban que todo saliera bien. No había para menos.

La mujer de Seipp, con lágrimas en los ojos, nos explicaba que no estaba siendo fácil volver de nuevo al lugar de los hechos. Le acompañaban su suegra –la madre del fallecido-, además de los cuñados y amigos. La familia de Kevin se llevó, sin ninguna duda, el aplauso más sentido y largo del público.

La mujer de Seipp, con lágrimas en los ojos, nos explicó que no es fácil volver al lugar del suceso

Otro de los momentazos de la gala fue protagonizado por Lluís Boada, el joven vallense que consiguió estudiar presencialmente en la universidad pese a sufrir una enfermedad rara que le impide ser autónomo. Emocionó su historia personal y emocionó que subiera a recoger el premio con su hermana pequeña. Lluís lo ha luchado por él, pero también para que otra persona en sus mismas circunstancias lo tenga más fácil.

También nos emocionamos con las palabras de Laia Madrid, la joven de El Vendrell que ha escrito un libro con un mensaje ecologista. Al recoger el diploma acompañada de su padre, micrófono en mano, dedicó el reconocimiento a su madre, quien ilustró el cuento poco antes de fallecer a causa de un cáncer.

En la gala de la Bona Gent también lloramos al ver a personas y colectivos dispuestos a hacer cosas de forma altruista para hacer un mundo mejor. La bondad es una de las virtudes que consigue ponernos la piel de gallina. Es el caso de los voluntarios que participaron en la custodia de las tortugas o el de las profesoras que lo dan todo día tras día para que su escuela sea un referente y sus alumnos claros ejemplos de Bona Gent.

También se premió la lucha de la plataforma Dignitat a les Vies, un grupo de afectados por el servicio ferroviario que decidieron no resignarse y hacerse oír. Son personas que no están dispuestas a pasar por la vida de puntillas. Y eso también emociona.

Nos emocionamos. Todos. Sin excepción. La verdad es que no había para menos

El ‘Diari’ consiguió llegar al corazón de los asistentes. Remover el interior y dejar fluir nuestros sentimientos en una sensación inexplicable. La tarde del jueves fue una especie de sesión terapéutica, que quedará siempre en el recuerdo.

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