El uso de ansiolíticos y antidepresivos durante el confinamiento de los meses de marzo, abril y mayo se incrementó de manera significativa, aunque sin llegar a provocar el desabastecimiento. La dispensación de estos medicamentos experimentó un incremento de entre un 10 y 15%.
Así los reflejó un análisis de los datos de dispensación con cargo al sistema público de la red de farmacias presentado el pasado mes de julio, donde se veían «importantes» cambios en la utilización de medicamentos durante el periodo más duro de la pandemia, sobre todo los relacionados con síntomas de la Covid-19, según en una nota el Consejo General de Colegios Farmacéuticos.
El impacto emocional que ha tenido el coronavirus tanto en la población general como en los pacientes afectados o los propios profesionales sanitarios ha llevado a un aumento del uso de ansiolíticos. Si éste se realiza a través de una prescripción médica, todo correcto. El problema se agrava cuando muchos ciudadanos se asoman hasta el mercado negro para obtener estos medicamentos sin receta médica y aquí es donde Internet se convierte en una plataforma dispensadora de ansiolíticos sin control.
«Con la salud no se juega y siempre hay que buscar las rutas legales»Los farmacéuticos no manejan datos concretos, pero sí que han constatado un aumento de la venta ilegal de ansiolíticos por Internet durante la pandemia. El presidente del Col·legi Oficial de Farmacèutics de Tarragona, Toni Veciana, explica al Diari que «hemos detectado un aumento de la oferta de estos portales que desde nuestro colegio y desde el Consejo de Colegios de Farmacéuticos hemos denunciado. La normativa española prohíbe la venta de medicamentos por Internet, de cualquier medicamento –necesite o no receta médica–, a no ser que sea a través de una oficina de farmacia».
Receta médica
Por lo que concierne al caso concreto de los ansiolíticos, Veciana recuerda que «para hacerte con un ansiolítico en una farmacia siempre se necesita una receta médica. Además, las farmacias llevamos un control más riguroso de estos medicamentos a través de un listado».
Por lo que respecta al precio, el presidente de los farmacéuticos colegiados en la provincia de Tarragona explica que «el precio en España está pactado con la administración y es muy bajo.
Actualmente, estos medicamentos se copagan con el cliente, dependiendo de su nivel de ingresos. En cambio, por Internet, comprados de manera ilegal, son más caros porque este tipo de mafias lo que buscan es lucrarse».
Riesgo
Aunque es obvio, no está de más recordar que comprar cualquier medicamento –y en concreto un ansiolítico– por Internet no está exento de riesgos. «Son medicamentos con muchos efectos secundarios y es arriesgado comprarlos por Internet», asegura Veciana, quien también recuerda que «hay que evitar utilizar al cabo del tiempo un ansiolítico que nos hayan recetado en un momento determinado y nos sobrase. Porque en su día tenía sentido tomárselo porque fue recetado, pero a lo mejor ahora no».
Los farmacéuticos insisten en que «con la salud no se juega y siempre hay que buscar las rutas legales porque vas a saber lo que compras. A veces, estos medicamentos que se venden por Internet pueden estar adulterados, como pasó hace unos años con medicamentos contra la disfunción eréctil que se vendieron por Internet», asegura el presidente del Col·legi Oficial de Farmacèutics de Tarragona.
Desde las farmacias han constatado que la pandemia ha afectado el consumo de determinadas sustancias. Respecto a los hipersedantes, una encuesta del Institut Universitari d’Investigació en Atenció Primària (IDIAP Jordi Gol) realizada a más de 3.000 pacientes demostraba que desde la irrupción de la Covid-19 en nuestras vidas «habían aumentado los episodios de ansiedad, depresión y malestar emocional, que se habían multiplicado. En consecuencia, también se ha incrementado la venta de estos hipersedantes, tanto los legales como los ilegales», comenta Toni Veciana.