El Estadi dicta sentencia (Reus 3-0 Girona ‘B’)

Los rojinegros vencen al filial gerundense con 3.516 espectadores y lo dejan a 12 puntos cuando quedan 18 por jugarse

30 marzo 2025 16:57 | Actualizado a 30 marzo 2025 21:34
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El 3.516 es un número que se recordará en Reus. Porque es el número que volvió a mostrar un Estadi como el de antaño. Porque invocó al espíritu del Reus para batir al Girona ‘B’ y porque es una muestra de lo que es capaz esta ciudad. Y porque 3.516 fueron los gritos que escuchó Aitor Serrano después de marcar, a seis para el final, el gol que sentenciaba el partido y que deja al filial gerundense a doce puntos con dieciocho por jugarse.

Las 3.516 voces que vivieron el duelo en el feudo reusense ya advertían de que no. De que este no era otro partido. Porque la parroquia se dejó la piel y la voz cuando el colegiado Oriol Cartiel aún ni había comparecido. Porque Reus se merece tardes como estas. De esas que recuerdan que la llama del fútbol sigue viva en la ciudad. Que aquello que acabó algún día era tan solo la semilla de lo que estaba por venir.

$!Foto: Alfredo González

Con esa mentalidad salió el cuadro rojinegro, que quería plantear un partido con mucho control. Un control que el Girona quiso cortocircuitar con un inicio muy agresivo. Jastin García y Raúl Martínez vieron dos amarillas muy tempraneras por sendas entradas duras, y el último incluso pudo haber visto la segunda en el 8’ tras una falta a Xavi Molina.

La tensión del duelo era evidente. Marc Carrasco planteó una defensa con tres centrales–Andy Alarcón, Xavi Molina y Pol Fernández– para dar aire en las alas a Alberto Benito por el carril diestro y a Sergi Casals por el zurdo. Ramon Folch pivotaba en la medular, con el equilibrio de Sandro Toscano como interior izquierdo y la magia del capitán Xavi Jaime por la izquierda. En punta, el arte de Ricardo Vaz y la referencia y presión de Joan Torrents.

$!Foto: Alfredo González

Un once que quiso llevar la propuesta del Reus hasta el extremo, ante un Girona que también quería ser protagonista con el cuero y cuya calidad individual obligaba a ser cautos.

Pero de calidad, el Reus no va corto. Y lo demostró Alberto Benito, como un puñal por la derecha, generando las primeras aproximaciones rojinegras con dos centros desde la línea de fondo: uno no encontró rematador y el otro se le escapó a Sergi Casals, que estaba con la caña preparada.

El plan le estaba saliendo a Marc Carrasco, que veía cómo el guion estaba siendo muy diferente al de los partidos jugados contra el filial gerundense en Riudarenes (en pretemporada y en la primera vuelta). El Reus era más protagonista y llevaba el peso del partido.

$!Foto: Alfredo González

Todo ello con un planteamiento táctico posicional que hacía a los rojinegros estar ubicados siempre donde el juego lo requería, sacando el balón con inspiración y aprovechando las segundas jugadas. Por eso la defensa reusense tenía una misión especial, la de sacar el balón con claridad. Era un paso imprescindible para hacer daño a los de Quique Álvarez.

Daño que no tardaría en llegar, y que surgió de una recuperación del de siempre, de Ramon Folch. El balón llegó a Sergi Casals, que centró desde la izquierda del área para que rematara Folch en el primer palo. Sergi Puig desvió el disparo del ‘8’, pero Joan Torrents cazó el rechace y abrió el marcador con un gol que hizo estallar al Estadi Municipal.

La victoria ante el filial gerundense acerca mucho a los rojinegros al ascenso directo a 2a RFEF

El Girona quiso revolverse después del gol rojinegro y acumuló balón. Pero lo hizo sin colmillo y no puso en riesgo la portería de Pepo Campanera. El Reus, por su parte, jugaba más relajado. Con la confianza de saberse líderes y con una gran ventaja sobre el filial gerundense. Así, el conjunto rojinegro transitaba por el choque con el único riesgo de que la ventaja atesorada se hacía algo corta, teniendo en cuenta la calidad de los jugadores de Quique Álvarez.

Pero los pupilos de Marc Carrasco no se relajaban y buscaban el segundo. Lo tuvo en la cabeza Andy Alarcón al rematar una falta frontal bien servida por Sergi Casals al inicio de la segunda parte, pero el central cabeceó a la izquierda de la portería de Sergi Puig. El Girona estaba algo impreciso y veía cómo sus opciones del ascenso directo iban reduciéndose.

$!Foto: Alfredo González

Aun así no se daba por vencido y acarició el empate en el 53’, cuando Gibert Jordana condujo a través del carril derecho y lanzó un latigazo cruzado que pegó en el palo izquierdo de la portería de Pepo Campanera y, a pesar de que parecía que iba a colarse para adentro, el balón terminó saliendo.

Era un aviso. Una advertencia de que no estaba todo cerrado y que cualquier momento de inspiración del Girona podía complicar las cosas. Un Girona que empezaba a venirse arriba y que generaba el peligro que no había generado durante la segunda mitad. Los de Quique Álvarez se lo creían y al Reus le faltaba balón y control. Pero los de Marc Carrasco querían reencontrarse y ahí aparecieron figuras como Ramon Folch, cuyo temple hace subir al Reus un escalón.

$!Foto: Alfredo González

De sus botas nació un pase para un Ricardo Vaz que, en la parte izquierda del área y tras encarar a la zaga visitante, lanzó un disparo que cerca estuvo de significar el 2-0, pero se marchó rozando la meta de Sergi Puig. El Reus iba recuperando su identidad, mientras que el Girona movía el banquillo buscando más madera.

También lo hizo Marc Carrasco, que sacó a Aitor Serrano para intensificar la presión y mantener el colmillo de un Reus que seguía dominando y aproximándose, pero al que le faltaba la definición para culminar la obra, mientras que el Girona, con las piernas ya pesadas, seguía esperando que se le encendiera la bombilla a alguno de los de arriba. Y ya punto estuvo Dawda Camara, que se encontró con un cabezazo franco desde dentro del área. Pero ahí estaba Pepo Campanera para dejar su sello e intervenir.

$!Foto: Alfredo González

Y, como en las mejores historias, el final fue de ensueño. Quedaban seis minutos para el triple silbato cuando Aitor Serrano casi se marcha de Sergi Puig, que puso la mano para alejar el balón. Se la encontró el capitán Xavi Jaime, que disparó con el alma. Su chut lo interceptó la defensa, pero Aitor Serrano cazó el rechace, encaró y su rosca articuló un gol que puede valer un ascenso a la Segunda RFEF.

Pau Russo coronaba la victoria y ponía el 3-0 con un gran gol a la media vuelta que servía para ganarle el average directo al Girona. El sueño está más cerca y las 3.516 voces presentes en el Estadi Municipal pueden certificarlo.

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