Un equipo de investigación de la Universitat Rovira i Virgili (URV) ha desarrollado un nuevo sistema para identificar las avellanas dañadas por oxidación sin necesidad de abrir el envase.
Se trata de una técnica que utiliza luz infrarroja para analizar la composición química de los frutos secos de manera no destructiva, permitiendo evaluar el estado de todas las avellanas de un paquete en un solo análisis.
Un avance para la industria de los frutos secos
Catalunya es una de las principales regiones productoras de frutos secos en España, especialmente en el sur del territorio. Aunque la almendra domina el sector, la avellana ocupa el segundo lugar en producción anual, con más de 90 cooperativas dedicadas a su comercialización. Mantener la calidad de este producto es esencial, ya que la oxidación de los ácidos grasos insaturados que contienen las avellanas provoca que se vuelvan rancias. Este proceso se acelera por la exposición al oxígeno y la luz.
Cámaras hiperespectrales para evaluar la calidad
Para combatir este problema, el equipo investigador ha desarrollado un sistema basado en una cámara hiperespectral, un dispositivo que analiza el estado de oxidación de cada punto del paquete mediante un espectrofotómetro. Este aparato emite un haz de luz y analiza la forma en que interactúa con la muestra, permitiendo determinar su composición química sin alterarla.
A diferencia de los métodos tradicionales, que requieren la destrucción de una muestra, esta tecnología permite evaluar la calidad de una bolsa entera de avellanas sin necesidad de abrirla.

“Se trata de una técnica más sostenible y eficiente, ya que no requiere reactivos ni preparación de muestras”, explica Jokin Ezenarro, investigador del Departamento de Química Analítica y Química Orgánica de la URV y líder del estudio.
El almacenamiento al vacío, la mejor opción
El estudio también ha permitido confirmar que la oxidación de las avellanas está determinada principalmente por la atmósfera en la que se almacenan y la luz a la que están expuestas.
“Comprobamos que el almacenamiento al vacío es el más eficaz para conservar la calidad del producto, mientras que la exposición a la luz acelera su deterioro”, detalla Ezenarro.
Para validar los resultados, los investigadores sometieron muestras de avellanas a diferentes condiciones durante 78 días y compararon su estado mediante modelos matemáticos. Además, realizaron pruebas sensoriales que demostraron que los cambios químicos detectados con la cámara hiperespectral coincidían con la percepción del consumidor: las avellanas almacenadas en contacto con el aire y expuestas a la luz eran notablemente más rancias.
Un futuro prometedor para la industria alimentaria
El desarrollo de tecnologías de análisis no destructivo representa un gran avance en la mejora de la calidad de los alimentos. En el sector de los frutos secos, este sistema podría optimizar el embalaje, almacenamiento y distribución, reduciendo pérdidas y estableciendo nuevos estándares de calidad