Marc Prades: «Podemos construir una buena alternativa de transporte público»

La movilidad urbana se transformará entre 2025 y 2030 con la llegada del tranvía, la nueva estación de Bellissens, la estación intermodal, la Ganxeta y un replanteamiento del bus de la ciudad

23 septiembre 2023 11:09 | Actualizado a 23 septiembre 2023 11:12
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Tras formarse académica y profesionalmente en Barcelona y Estados Unidos, el ingeniero Marc Prades volvió a su ciudad natal, Reus. Desde entonces, ha participado de la redacció del nuevo Plan de Movilidad Urbana como técnico municipal.

Formó parte del EAR RAW’23. ¿Qué valoración hace?

Me impresionó bastante la cantidad de trabajo que habían conseguido estudiantes de todas partes, que no conocían la ciudad previamente; y también la calidad, porque fueron capaces de entender muy bien cuáles son los retos o las problemáticas, las ‘banderas rojas’ que tenemos en Reus en cuanto conexión. Un ejemplo era: ¿cómo puede ser que Reus, que tiene todos los ingredientes para ser una ciudad ciclable, nadie vaya en bici?

En ese sentido, ¿cómo avanza la trasformación de la ciudad?

El plan de movilidad se organiza en once ejes y todos se orientan a crear una ciudad más saludable y mejor en todos los aspectos. Una de las claves es cómo hacer más atractivo para la ciudadanía el hecho de ir a pie o en bici, que es la movilidad activa y que conlleva un beneficio doble, pues mejoran la salud y a su vez, se están dejando de emitir gases de efecto invernadero y también las micropartículas de los neumáticos.

Las problemáticas locales son las que contaminan nuestros pulmones; son los gases o partículas que tenemos a escasos metros. Tenemos que revertirlo y es un reto mayúsculo porque hay una gran inercia hacia el vehículo privado.

«Las problemáticas locales son las que contaminan nuestros pulmones, los gases o partículas que tenemos a escasos metros»

¿Una de las vías es plantear una ciudad ‘de 15 minutos’?

Es lo que tenemos que conseguir, pero la dificultad está en el cómo llevarlo a cabo, porque el espacio que tenemos en la vía es reducido. Un ejercicio interesante es calcular qué porcentaje de cada superficie lo ocupan los coches, en comparación con el resto de usos de la calle. Ese equilibrio se tiene que ir reajustando, empezando por las zonas escolares, centros cívicos, etc.

¿Qué obstáculos hay para lograrlo?

Tenemos que ofrecer alternativas, especialmente para algunos desplazamientos en los que hay grandes limitaciones del bus interurbano. Ahora tenemos un horizonte muy favorable: la nueva estación de tren en el sur de la ciudad, una nueva estación de alta velocidad entre Reus y Vila-seca, todas estas infraestructuras que permitirán conectar las grandes ciudades. El tranvía puede ser una herramienta muy potente en ese sentido, con una buena velocidad y frecuencia y coordinado con el autobús interurbano, así como el servicio de bicicleta compartida, La Ganxeta, para encajar todas las piezas.

¿Cómo visualiza los próximos años?

Tenemos esa ventana entre 2025 y 2030, en qué todos estos elementos, que suelen pasar una vez cada cien años, se han juntado como una alineación de planeta; podemos construir una buena alternativa de transporte público. En cuanto salimos de la ciudad falta ese paraguas en el que el vehículo privado siga existiendo, pero no sea la primera opción. Se trata de invertir la pirámide.

«Con las diferentes infraestructuras que llegarán de aquí al 2030, tenemos una oportunidad de oro; pero tenemos que creérnoslo»

¿Cómo cambiará el territorio el tranvía?

La ciudad ya está formada, tienen que convivir peatones, bicicleta, transporte público y vehículo privado; y para que quepa todo, necesariamente, tenemos que reajustar el trazado y adaptarnos a esa convivencia. Será fundamental que toda la ciudadanía entienda que para circular con vehículo privado en un entorno urbano se debe reducir la velocidad. Permitirá expandir el modelo del centro de Reus a los barrios periféricos, para que estén conectados con la ciudad y también entre ellos.

¿Piden un comportamiento más cívico?

Sí, porque no podemos permitirnos como ciudad que una persona que no tiene nada que ver con el casco antiguo, pase por aquí. Un caso flagrante es que el itinerario más corto para ir de Salou a Castellvell pase por el centro de Reus.

Tenemos que ponernos las pilas y con el plan de movilidad y las diferentes infraestructuras que llegarán de aquí al 2030, tenemos una oportunidad de oro para hacerlo posible, pero nos lo tenemos que creer.

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