Una manera de funcionar más eficiente, donde se aumente la competitividad de las empresas, se generen lugares de trabajo y con la que mejorar el entorno urbano, siempre bajo la tutela de la administración local y operando de manera complementaria a los servicios que le corresponden al Ayuntamiento. Éstos son algunos de los objetivos de la Ley 15/2020, aprobada en el Parlament el pasado 22 de diciembre, que regula los APEU, acrónimo de Áreas de Promoción Económica Urbana, también conocidos en inglés con el concepto Business Improvement District (BID).
Un APEU puede surgir por diferentes motivos y puede trabajar aspectos concretos, como la iluminación. En la ciudad se plantea como una alternativa con la que poder reformular y dar salida al comercio de proximidad. Unas metas que persigue el Tomb de Reus, que ya trabaja con la intención de implantar el primer APEU en la ciudad. Este modelo público-privado, origen del cual se remonta 50 años atrás en Toronto, delimita una zona de una ciudad o más municipios en la que se promocionan e impulsan –a través de un proyecto de una duración determinada consensuado con el ayuntamiento–, diferentes iniciativas a través de la contribución económica de sus integrantes –personas empresarias y titulares de los locales con acceso directo a la vía pública–. El Tomb de Reus lo viene anunciando desde hace tiempo. Recordemos que, en diciembre de 2019 esperaban la ley «con impaciencia», según dijo el actual presidente de la asociación, Jacint Pallejà, en el marco de la presentación del anteproyecto de ley por parte de la directora general de Comerç de la Generalitat, Muntsa Vilalta, en la Cambra de Comerç de Reus. Pallejà aprovechó la ocasión, por aquel entonces, para dar un memoria USB a Vilalta con los «distintos requisitos y necesidades de la ciudad». En ese acto, el presidente del ente cameral, Jordi Just, por su parte, también defendió la aplicación del APEU, diciendo que su aplicación «pondría la ciudad en un primer nivel». Aunque todo está en una fase muy temprana, el Tomb de Reus quiere acercarse a diferentes colectivos para compartir impresiones y, junto a la administración local, «evolucionar hasta realizar un proyecto».
Por el momento, hay entidades reticentes que prefieren informarse mejor antes de ‘acoger’ los APEU como una opción. Por ejemplo, desde Unió de Botiguers prefieren no pronunciarse al respecto, pues están en fase de estudio interno.
La gestión de este sistema, por otro lado, ha de ir a cargo de una entidad profesionalizada, sin ánimo de lucro y con personalidad jurídica propia. El Tomb, en este sentido, se presentaría como candidato con la adhesión de miembros de otras entidades. «El Tomb hibernaría y surgiría una nueva entidad gestora para el APEU», dijo Pallejà el día en que se aprobó la ley.
Algunas características
Algunas de las funciones del APEU, además de impulsar su potencial turístico, comercial e incluso industrial (según donde su ubique), son captar inversiones, gestionar servicios de forma compartida, organizar eventos, aplicar mejoras en la limpieza, iluminación y señalización y reforzar la seguridad de los espacios públicos de la zona. La Generalitat ofrece más información de la ley y resuelve dudas en www.oficinapeus.cat. «Ahora mismo son fechas complicadas por las fiestas, pero nuestra intención es ponernos en contacto con diferentes colectivos pronto. Así lo manifestamos en nuestra última comparecencia de prensa. Ahora es tiempo de estudiar la ley. Para nosotros es una herramienta que implicará generar una cohesión», expone Pallejà.
Parafrasea, además, a profesionales, como la directora ejecutiva de ‘We are Waterloo Bid’, Natalie Raben, sobre la genuinidad de los BID: «No hay ninguna APEU igual en todo el mundo y existen infinidad de formas, con ejemplos a escala mundial que incluso se han fusionado para unir esfuerzos». Destaca, por otro lado, un par de puntos, como la obligatoriedad del pago de la cuota, «que exige la implicación de los miembros» y saber delimitar la zona, «una de las tareas más importantes que requiere un análisis concienzudo», completa. Pallejà explica que con el APEU «se le da la vuelta» al lema que ha ostentado históricamente la ciudad, relativo al ‘arte de comprar paseando’, aunque «se aplicaría a una zona en concreto», en la que se tiene acceso a «un mundo de posibilidades de compra y no sólo en el aspecto puramente comercial, sino también en el cultural», acota. Este modelo organizativo «va más allá», dice, de lo que se podría encontrar en un centro comercial, «implica también a la vecindad, es otra realidad», resume.
Por otro lado, si pensamos en un centro comercial en el exterior, próximo y semejante a la manera de trabajar de un APEU está El Pallol, concebido como un ‘paseo’ comercial. Hablamos con el presidente de los comerciantes, Pau Salvadó, sobre el tema. «Nosotros funcionamos de una forma parecida. A pesar de que hace muy poco que ha salido la ley, creemos que es una buena noticia. Hay que leer la letra pequeña y se tiene que trabajar de forma conjunta con el Ayuntamiento, además de obtener el apoyo de los titulares de los negocios y locales que forman parte del área. Reus tiene un espacio ideal para construir más de un APEU», manifiesta.
Y es que, como dice, una vez formulado el proyecto por parte de la entidad gestora, éste tiene que presentarse al Ayuntamiento. El documento tiene que reunir la identificación de los promotores de la iniciativa, así como de los locales que formarán parte, el plano que identifique la zona delimitada, el plan de actuación –donde figuraría la hoja de ruta, las fuentes de financiamiento, presupuesto, detalles del pago de las cuotas y plazos de pago–, el proyecto de estatutos de la propia entidad gestora, la propuesta de convenio ente administración local y la memoria que justifique la delimitación, entre otros puntos.
Los establecimientos, de momento, tienen «una idea primaria, sobre todo porque los resultados del proyecto se verían de forma progresiva», dice Salvadó. «Lo que sí es cierto es que sería una manera de mejorar las calles con locales vacíos, así se reduciría su abandono», acota.