Esta es la última edición del Diari hasta el 2025. Como tantos otros periódicos, nosotros tampoco estaremos en los quioscos el 1 de enero. Volvemos el 2. Que no publiquemos versión en papel, es sólo una de las múltiples excepcionalidades del primer día del año: es festivo, la noche anterior se festeja hasta tarde, muchas familias se reúnen a comer... Pero, en el fondo, el 1 de enero no es más que un día cualquiera. No hay una razón científica para que marque el inicio del año. En la mayoría de países lo hacemos así por herencia romana. Fue Julio César, en el 46 a. C., quién decidió estipular este día como principio del año, ya que era entonces cuando los cónsules –los más altos magistrados del imperio– tomaban posesión del cargo. Después, en el 1585, el papa Gregorio XIII lo mantuvo en su calendario gregoriano. El nuestro. Pero otras culturas escogen otras fechas: el calendario chino celebra el año nuevo lunar entre el 21 de enero y el 18 de febrero; los musulmanes, el día uno del mes de Muharram; los judíos celebran Rosh Hashaná entre septiembre y octubre; y los hindúes tienen tres festividades: Diwali, Holi y Ugadi. Todos, sin embargo, celebramos el inicio de algo distinto, de una nueva etapa, de un nuevo comienzo... Así que sí: el 1 de enero es un día sin más, pero también es una oportunidad –como cualquier otra– para volver a empezar... Y hacerlo mejor. Feliz año nuevo!
El 1 de enero: un día cualquiera... O no
30 diciembre 2024 19:17 |
Actualizado a 31 diciembre 2024 07:00
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